El espíritu-ser-humano empieza a tomar conciencia del bien como del mal hacer, por estar poseído de dos tendencias naturales, que por fañta de desarrollo se hacen contrapuestas como polaridad. Es decir, lo que en un principio como tendencia es complementario, se hace antagónico. Por eso es preciso efectuar la conversión, desarrollando lo que ya es como tendencia de forma inconsciente en el cuerpo físico, cuando encarna en los mundos preparados por los espíritus niños, para hacerse consciente, y poder elevarse al Punto Céntrico Original de LUZ radiante. Habiendo cubierto su eternidad, que representa todo el proceso de desarrollo de un arquetipo como unidad de vida, organizada según su germen de dotación humano, a imagen y semejanza. Como también continuando en el orden encarnativo, con su misión establecida como desarrollo de cumplimiento.
Por eso, cuando las unidades de vida alcanzan su mima y completa perfección dentro de su eternidad, inician un nuevo proceso evolutivo de creación, como exige la Ley del progreso. Así pues, los seres humanos se diferencian en cuanto a Ley, por su grado evolutivo, o sea de Luz, pero no en cuanto a la parte de mente del Creador que llevamos todos, sin la cual parte de mente no podría haber manifestación de relación y comunicación.
Pues, la igualdad de la esencia en el humano, es la parte de la esencia intima que llevamos de DIOS, como esencia Eterna increada de Su Gran Todo Mental Cósmico, o la Vida Eterna que es constane, para que en su día nos sepamos unir en SU Centro de LUZ.
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