Jesús, llamado el Cristo, es el Lazo de Amor que unirá a la humanidad. Ya veis, queridos hermanos de todas las religiones, lo que me ha sido dado, ver, oír y comprender de ultratumba cumpliendo la encomienda del Padre espiritual lo que mejor puedo y obedeciendo a mis Instructores, Profesores y Maestros. Como al empezar mis estudios prometí dar gratis lo que gratuitamente recibiera, doy este opúsculo a la Luz para aquellos que quieran leerlo, pues comprendo que a quien tiene libre albedrío para nada se le debe forzar en las cuestiones que se llaman de conciencia. Pero también es mi deber recordaros que el Cristo fue el lazo de Amor para la humanidad y sigue siéndolo hasta que consiga la regeneración. ¿No os prometió volver? Juan 14: 25 Estas cosas os he hablado estando con vosotros. 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho. 15: 26 Empero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. 27 Y vosotros daréis testimonio porque estáis conmigo desde el principio. 16: 12 Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar. 14 El me glorificará: porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. ¿No dijeron los espíritus en 1861 que el nuevo Mesías se dará a conocer cuando esté en disposición de reunir todas las doctrinas y religiones en una sola? ¿Dónde estará aquel niño? ¿Cuál será la religión que podrá presentaros para que toda la humanidad pueda aceptarla? La misma que os presentó Jesús, la encomienda divina. ¿Dónde hallaréis otra más corta de palabras, ni que pueda haceros más felices? ¿Dónde hallar cosa más digna que tratar a nuestros semejantes del mismo modo que queramos ser tratados? Meditad y buscad mucho antes que la aceptéis y comprenderéis con vuestra razón qué Dios podéis aceptar si el vengativo que algunos presentan o el justiciero que os enseño. Pero os suplico que os respetéis mutuamente para que seáis respetados; no hagáis como los fanáticos, que su orgullo los hace intolerantes. Mirad a Cristo e imitadlo; sed cristianos en verdad y habremos dado el gran paso. Sus doctrinas y cómo las practicó ya es sabido, mas también debo decir que no todos los que se titulan cristianos lo son, como sucede con los que se titulan deístas y espiritistas.
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