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23 Creación y transmigración

 Creación, transmigración de los espíritus hasta nuestro mundo.__ Como se han de mejorar.__ Porqué ha venido el Pastor.

  Dios, Creador increado, es la esencia del amor, paz, caridad, bondad, misericordia, y justicia infinita.

  El espacio que los materiales veis desde el destierro, (1) es tan inmenso que es materialmente incalculable. Y, ¿creéis, acaso, que está vacío? No; todo está ocupado con artefactos del gran Arquitecto, (Dios), y, como sus talleres ocupan el Universo entero, de ellos se sirve para la creación de la gran obra.

  De las substancias más etéreas e imponderables, (pero elementales), se sirve para crear los espíritus humanos, siguen por orden y se aproximan a estos, los animales, luego vienen los vegetales (2).

  Las demás substancias las usan los oficiales, (3) para pulimentar la obra. Dios creó y crea a los seres humanos para relacionarse con ellos; el animal y el vegetal están destinados a servir al ser humano por toda la eternidad, (cada uno a su modo.)

  Hablemos del ser humano. Para crearlo le basta a Dios, tomar una de las substancias elementales, ponerla a su figura y dotarla con un átomo de su esencia y, el espíritu, queda formado (4).
(1) Es preciso no olvidar que, el mundo Tierra, no es más que un destierro, es decir, que venimos aquí ya a la fuerza, ya voluntariamente, para mejoramiento de nuestro espíritu.
(2) Este orden no es en absoluto espiritual, es el orden de prelación de substancias componentes, principios fundamentales o esencias.
(3) Oficiales
, son los espíritus que, por su gran elevación, se acercan mucho a Dios en categoría. Las otras religiones los llaman arcángeles, ángeles, serafines, etc.
(4)
Hay que notar que las substancia esa, no es la substancia material tal como nosotros la comprendemos; es una substancia sutil, (material por eso), que rodea o envuelve al verdadero espíritu que es el átomo de esencia divina a que se refiere el Pastor. La envoltura propiamente material y grosera, no la toman los espíritus hasta que entran en los mundos, tomando en cada uno la que corresponde en ellos. La primitiva, la que reciben en el acto de la creación no la abandonan hasta que están muy perfeccionados; ella los acompaña siempre, ya en las regiones espirituales ya en los mundos en los cuales se encarnan.

 Deben, los desterrados, comprender que, la parte material, se convierte en egoísmo, orgullo y vanidad, y la de esencia en amor, paz y caridad, o sea, luz, vida, e inteligencia. Así creado, lo envía a recorrer la pluralidad de mundos, (habitados o habitables,) y, al separarlo de su Lado, le dice: Amor, paz, y caridad, te encomiendo para con tus hermanos, y, no volverás a mi lado, hasta que así hayas obrado; tienes libre albedrío.

  El espíritu, después de creado, es ignorante y por lo tanto uno de los oficiales, o sea, un hermano superior a él, se encarga de dirigirlo por la pluralidad de mundos, y le recuerda constantemente la encomienda que recibiera. Lo conduce, primero, a uno de los mundos más preparados para los espíritus jóvenes, en donde lo deja dormido por cierto espacio de tiempo, y, el espíritu, al despertar, se encuentra ligado a una materia que tomó, o sea, la envoltura material que le pertenece, propia del mundo en el cual se halla. Pero, como al hombre, le será difícil comprender esto, estudie en sus mariposas, o gusanos que fabrican seda, y en ellos encontrará una buena comparación. Cuando, el espíritu humano, se halla preso empieza a disfrutar del vegetal y animal allí organizados, los cuales le sirven para sus necesidades materiales.

  Cuando la envoltura material que tomó se ha gastado, queda otra vez, el espíritu, libre, y procura elevarse (1), por cuanto, la esencia, siempre pretende volver al lugar del cual salió; pero la materia de que está formado, le retiene si no ha cumplido con la Ley. Si ha cumplido, toma nueva encarnación en un mundo más elevado; mas en caso contrario, desciende a un mundo inferior, y se encarna otra vez de la manera ya indicada (2) Así, sucesivamente, va recorriendo la pluralidad de los mundos, hasta cierto límite en el que la Ley del progreso, le impide pasar adelante, sino ha cumplido fielmente la encomienda. Como, muchas veces, ha sido amonestado, y no ha querido cumplir, su propio guía lo conduce al destierro, por rebelde; de cuyo destierro no puede salir, hasta que cumpla aquella. Siempre va acompañándole el guía o espíritu superior, y únicamente desde la segunda época; como es permitida la procreación material.
(1) En categoría, ascender en la escala espiritual.
(2) En la materia propia del globo en el cual ha entrado.

  Os he explicado vuestra procedencia y peregrinación hasta este mundo, ¿pero que hacéis aquí? ¿os encontráis felices? No!__ Continuad, pues, hasta el término del viaje, y aquel que quiera llegar a la felicidad verdadera, que me siga; por él vengo, no por quien tenga voluntad de estar fuera de su patria. Para que podáis gozar de la verdadera ganancia de vuestros trabajos, permiso pedí, al Padre, para deciros lo que en otro tiempo no fue dicho, por cuanto el fruto aún estaba verde y la humanidad no podía oír, y, menos, comprender. Hoy aún no está del todo sazonado, pero sí en mayoría; oiga, pues, quien quiera y comprenda quien pueda, puesto que a todos hablo.

  Ya sabéis, hermanos míos que el Padre espiritual es Luz, vida e inteligencia; en la materia de que estáis formados, sembró un átomo de esta semilla para que un día, (como decís los materiales) produzca el fruto que El desea. Por su Ley de Amor fuimos creados; por Bondad y Misericordia, me envía entre vosotros una vez más para que comprendáis, a cuyo fin debo ser vulgar (1) entre vosotros. Por Caridad tenéis constantemente a vuestro lado hermanos que os guían en la Ley Divina; por su Justicia lo ven todos sus hijos más le oyen y comprenden los que en verdad aman a sus hermanos de todo el Universo.
(1) Vulgar en el lenguaje e ideas, es decir, expresarse lo más claro y sencillamente posible para que todos puedan entenderle.

  Cumplir, os recomienda una vez más, el hermano que tanto os ama a los desterrados; con el mismo amor, que desea ser amado por nuestro Padre universal: cumpliendo con Su Ley le amáis, así como le ofendéis, ofendiendo a uno de vuestros semejantes; y para que sepáis las ventajas que reportáis con el amor, y las penas que sufrís por las ofensas, os diré algo de cuanto pasáis, cuando, dejando vuestra materia de hermosa figura, quedáis libres.

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