En este nuevo movimiento de crisis desatada en Estados Unidos, con su nacionalización de pérdidas, se ponen de relieve algunos aspectos de la economía especulativa y sus fundamentos:
__ Los paraísos fiscales, mantenedores del neoliberalismo.
__ La vivienda, como especulación del suelo, que tendría que ser exclusivo patrimonio social, se ha convertido en un activo, por exceso de riqueza o de trabajo, para generar beneficio, a través de su acumulación especulativa.
Si el que tiene que legislar un cambio social equitativo, está metido hasta el cuello en tal movimiento especulativo, por supuesto que no legislará en su contra. De todas formas, el haber puesto de relieve, que los tecnócratas neoliberales con su economía de mercado donde todo valía, no se autorregula, sino que va al desmadre, es un punto a favor para los nuevos tiempos por venir.
Los propios hechos nos demuestran la urgencia de sacar una consecuencia justa y equitativa mundi socializadora. Hay que apuntar nuevamente al tema de la propiedad del suelo, que ha sido la causa del conflicto social por su afán especulativo. Y es que el suelo tiene que ser una exclusiva propiedad de la sociedad, no pudiéndose ni comprar ni vender, por ser la sociedad en general, la que debe de ser la benefactora del impuesto sobre el suelo, ya que la especulación viene a partir del derecho de propiedad del suelo, con sus consecuencias hereditarias y separatistas de clase social. La única propiedad son los medios que la sociedad genera por sí misma, no el suelo del planeta Tierra, que pertenece al que lo creó, para usufructo del bien común de su habitante territorial.
Por tanto es preciso que la legislación territorial de la sociedad, vaya en la línea de acceder poco a poco (pues un árbol viejo no se arranca de un solo golpe), a ser la usufructuaria y la poseedora de la totalidad del suelo donde habita y disfruta, como un medio de renta socializada. Derivándose en otro orden contributivo, lo que en tal territorio se desarrolle como usufructuario, pero no como poseedor del suelo que solo a la sociedad en general debe de pertenecer.
El ser humano está maleado por el sistema ancestral, causante de separación y egocentrismo, por eso la verdad del meollo es anti popular y anti voto, y los políticos de turno, no osan tocarla porque perderían. El suelo pertenece a la sociedad en su conjunto, y no debería de ser ni comprado ni vendido, por tanto hereditario. Y aunque sea legalizado por las imperfectas Leyes humanas, la venta del patrimonio social, es un robo a la sociedad, si no revierte como renta en ella responsablemente como debe de ser. Y ya sabemos que tal tema es un hueso duro de roer, por eso hay que legislar en ese sentido, para que el mundo aprenda a ser más solidario.
¿Qué pasa con los ayuntamientos que tienen vía libre para la venta del suelo? que es como si estuvieran robando a la sociedad lo que es suyo. La propiedad del suelo debe de ser la renta social controlada y distribuida para el bien común de las sociedades. Pues si no se actúa sobre las causas que producen tales crisis hipotecarias y económicas, se anda con pañitos calientes para que no cambie nada, porque hacen falta ovoides mundisociales para ello.
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