Deja perjuicios terrenales y cumple lo que constantemente te digo, para que al término de la jornada hayas cumplido con tu misión; solo si así lo haces, podrás ver y comprender lo que tú quieres. Es el deber del humano ser fiel y amoroso con su hermano, ha de saber darle lo que a él corresponde y no dejarse engañar a sí mismo, creyéndose que le supera. Has de estar con una vigilancia constante para que en ti no anide el creerte superior. Es preferible que no lo sepas que eres superior; ha de ser en ti siempre la honestidad y darle el trato como si ocupases el mismo nivel que él, porque ante el Padre así lo eres y esto es en realidad lo que te hará superior a él, en saber demostrar la hermandad, pues el verdadero respeto se manifiesta en ello.
Sólo a eso viene el humano a la Tierra, a alcanzar el nivel de perfección a donde ya no existe la superioridad por ser todos abnegadamente, uno para todos y todos para uno; ésa es la misión a cumplir del espíritu en la Tierra y a conformarse de pasar todo cuanto pasa como cosa propia; no des la culpa a los demás de lo que tú pases que todos han de arrastrar su cruz sin poderlo evitar, sólo tú te podrás aliviar las penas cuando las pases con tu resignada paciencia y humildad, es entonces cuando separarás de ti el orgullo que es el que has de dejar aquí, por no poder pasar la atmósfera, siendo portador de ello; y aunque creas que el espíritu descansa cuando deja la materia, esto no lo es siempre. Si no supo comportarse como te menciono, es cuando empieza para él el verdadero infierno, porque sabe que tiene que hacer lo que no supo, y está sentenciado a volver a empezar y por consiguiente, bajar otra vez al torbellino de la vida.
Poco sabes de lo que pasa tu espíritu después de dejar el cuerpo para decir que descansa, pero no es así, por ser entonces cuando vuelve a la verdadera vida, si supo cumplir lo prometido antes de tomar cuerpo, que es como si quedase preso dentro de él, que lo cogió precisamente para ello, para poder limpiarse de sus imperfecciones que son las que motivan que baje a la Tierra, que es un mundo bajo a donde el espíritu se regenera y paga cuanto debe, si sabe ser fuerte para vencer cuantas adversidades pase. Por lo cual, la humildad juega un gran papel, ésta elimina el orgullo que es el que trae al espíritu descendiendo hasta llegar al destierro. Ya ves, hermano mío, cuáles son los enemigos de tu progreso y los que te han de permitir la felicidad. El orgullo, egoísmo y vanidad son tus peores enemigos, ellos son los que te retendrán en mundos bajos y de expiación, si no eres fuerte para separarlos de ti.
Cómo descansan los espíritus después que han dejado la materia, que supieron crear paz a donde se encontraron y no olvidaron la caridad que pudieron hacer y lo realizaron. Todo es armonía, todo es Luz y ayuda de unos a otros, sin pensar nunca en lucrarse de los favores prestados, es todo paz y amar; y en el mundo donde vives, tú mismo puedes ver que hay muchos desengaños por el desamor, el orgullo y la indiferencia que existe entre vosotros; ¿y qué hacéis para evitarlo si no procuráis iros mejorando? ¡Oh, triste situación la del humano en la Tierra que no conoce el Amor verdadero, el Amor Universal, este es para todos igual, el que permite a las almas acercarse al Padre y vivir la eterna felicidad!
Yo te animo y alerto constantemente en estos escritos para que seas fuerte y sepas lo que quieres. Tú que tanto te esfuerzas y tu lucha es constante para conseguir retribuciones materiales, ¿cómo no te esfuerzas para seguir las espirituales? ¿Has sabido hacer algo para llevarte ésta que tanto te aconsejo? No pierdas el tiempo precioso que se te concede para ello, es algo sorprendente conocer y ver el recibimiento que tienen las almas que fueron humildes cuando dejan la Tierra, con bastante sorpresa para otros que creyendo ser grandes, solo son espíritus cargados de imperfecciones y supeditados a muchas reencarnaciones hasta quedar limpios de ellas. Es mi deber ayudarte y lo estoy intentando para que no estés ignorante, que lo que hagas, tanto en bien como en mal, te será devuelto; de ello viene «tal como harás, encontrarás», frase muy repetida y menos practicada, por no profundizar en el significado, y todo ha sido dicho por hermanos que han filosofado y han cumplido el mandato Divino antes que vosotros; por eso te digo que has de usar la voluntad para no hacer a tus hermanos lo que no quisieras que ellos te hagan a ti, este es el precepto más importante y de eso quiero que estés bien sabedor.
Hasta que no sepas regenerarte seguirás dando tumbos; no creas que sin esfuerzo se logra lo que se quiere y las cosas de Dios son válidas pero costosas de alcanzar. Es la Justicia del Padre tan exacta, que no puede consentir que no pagues lo que has hecho a tu hermano que no está ajustado a la Ley Universal; todas sus Leyes se cumplen, por lo tanto, ten cuidado de faltar a ellas, pues las faltas que hagas, son deudas que adquieres y las tendrás que pagar por esa Justicia; por lo cual, las obras que hacéis a vuestros hermanos que son hechas con amor porque lo sentís en vosotros mismos, no os podéis figurar cómo recompensa el Padre al hijo que así sabe portarse; afánate por ir apuntando en el libro de la vida en la hoja del haber, en la que escriben los cumplidores; esas son las flores que te ganas y que podrás llevarte cuando te ausentes, que precisamente por haber sabido ganarlas, puedes dejar el destierro definitivamente.
Ya ves, hermano querido, cuánta diferencia hay si en lugar de ganar flores, recoges espinas por tus malas obras; éstas son las que te seguirán pinchando aquí en el destierro y no podrás salir de él. ¿A dónde irás con un ramo de pinchos que quieran tu compañía? Este es tu caso, medítalo que te conviene más recoger flores, que son las que te harán llegar a mundos de Luz, o bien acumular cardos que serán los causantes que sigas aquí y en peores condiciones, porque tendrás que recoger lo que otro día sembraste.
No te importe que te repita tanto la misma frase, ya que es para que quede impresa en tu mente, y por tu estudio y meditación vayas comprendiendo y, sacándote la venda que cubre tus ojos, veas claro el camino a recorrer. La ignorancia no se castiga con la misma severidad que el saber; procura enmendarte si es que no lo has hecho y sepas vencer cuantos obstáculos a tu paso encuentres que no te conduzcan por el amor de la humanidad, la paz y la caridad. Por lo tanto, os digo que os esperan sorpresas después de dejar vuestro cuerpo y que todos ineludiblemente lo tenéis que hacer como yo lo hice. Esto es cuanto te presento con deseos que sea comprendido en su verdadero sentido.
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