Esto tiene una respuesta dual, pues tanto si contestamos SI, como si contestamos NO, tendremos en cada uno de los casos su respuesta como razón correspondiente:
NO, por cuanto se dijo «Padre nuestro que estás en los cielos». Si dijo nuestro, es que se contaba como hermano nuestro con los demás hombres, y al mismo tiempo Hijo de DIOS.
NO, por cuanto El jamás dijo que era DIOS, EL PADRE, ni que formara parte de la Trinidad Divina de DIOS. Cosa esta de gran importancia para ser callada.
Si tuviéramos que asumir una respuesta afirmativa, o sea, SI, entonces debería ser sobre la base de que su Espíritu-ser como resultante Luz y como Regentador en la Tierra, diríamos que era un Dios a semejanza de DIOS para los terrenales, que siendo estos como hijos dotados de una chispa de esencia de inteligencia como semejanza de DIOS el Padre, su Luz interna, por no haber salido todavía al externo es el minúsculo dios interno, siendo Jesús como intermediador con su Luz.
Así pues, tenemos una trinidad de: El DIOS Supremo. El intermedio Jesús=Dios, y el inferior en desarrollo de interno a externo (como semejanza de DIOS el Padre), o el espíritu humano como dios minúscula. Por lo tanto, en este caso visto desde su comprensión trinitaria de DIOS-Dios-dios, Jesús bien pudiera ser a semejanza de un Dios entre los terrenales.
Juan 10: 34 Jesús respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Y si seguimos con el hilo EN POS DE LA VERDAD, podemos enlazar con el dicho de Primogénito referido a Jesús, por ser el primer hijo en este plano de vida Cósmica existencial, que vio la LUZ del Padre.
Y en cuanto al dicho de Unigénito, no fue el único sino uno más. O en el supuesto que esté relacionado conjuntamente en el momento en cuestión como Primogénito, o sea único como primero, uni-primero o uni-primo-génito. Mas no como antonomasia por ser Jesús también hijo de DIOS.
Tengamos en cuenta que lo que diferencia a unos seres humanos de otros es la Luz alcanzada, aunque seamos dotados todos, de una chispa de esencia de inteligencia como semejanza, al ser creados. Por eso podemos decir, que el concepto de superioridad e inferioridad solamente es en cuanto a la Luz, pues es ella la que ostenta el concepto de semejanza como creación, en transformación:
Pero no en cuanto a la esencia increada, neutra e indiferenciada, inmutable, eterna y permanente, que como PARTE DE DIOS está en todo lo creado de forma indistinta, no existiendo en este caso, la superioridad ni inferioridad, ni semejanza sino igualdad como parte. Esta dualidad no es comprendida por la mayoría, al no ver el porqué y el como dentro de tal dualidad.
Jesu-Cristo no es DIOS, y nosotros, por Ley de Justicia, dentro de la Ley de progreso evolutivo, pasaremos a semejanza de DIOS, como Dioses, y también a semejanza de Cristo. Porque de no ser así no se ajustaría al Atributo de Justicia Inmutable. Por eso se establecen las tres formas como definición, o sea DIOS-Dios-dios. Ahora somos una chispa de Luz interna, o sea dios, mas cuando pase la Luz al externo, seremos Dios, pero nunca DIOS, por ser EL, el que primero verificó en sí mismo los procesos de vida Cósmica, y siempre nos llevará de ventaja tales procesos, por ser EL, el primero en dar la Esencia de su propia Esencia. Por eso el humano hace lo mismo como cualquier semilla, dar la esencia de su propia esencia. «El reino de DIOS es semejanza a una semilla».
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