¿Cual es el siguiente paso al sistema democrático, con la pluralidad de partidos?
Una vez más, somos obligados por los hechos y las circunstancias sociopolíticas de todo tipo, que se pueden observar por doquier, no digamos ya en regímenes totalitarios como el eslabón más bajo del sistema político, aun siendo este justificado como defensa de una fuerza o acción exterior, como de una supuesta y mal comprendida religiosa virtud, sino de aquellos que han conseguido funcionar democráticamente con un régimen de libertades viable, siendo esta una faceta más en el perfeccionamiento constante a que está llamado el ser humano, puesto que aun en tal desarrollo de régimen democrático, que parece ser lo máximo a que ha llegado el ser humano en el día de hoy, no obstante podemos observar, que todavía existen muchas lagunas a cubrir dentro de las relaciones humanas, ya que la pluralidad de partidos origina un voraz enfrentamiento dialéctico con descalificaciones, pactos y consensos momentáneos en la lucha por el poder, y lo que es peor, la separatividad de unos pueblos con otros, con la excusa de la salvaguarda de una identidad, no compartida por una gran mayoría de la sociedad, cuyo único objetivo es el de vivir en paz, sin estar continuamente bombardeada por los medios de comunicación, en algunos casos partidistas, de todas las luchas intestinas y desavenencias originadas por los diferentes partidos políticos, siendo estos al mismo tiempo, un reflejo de las diferentes actitudes interesadas, en las que entran también en juego las tendencias religiosas como poder sociopolítico no declarado, aunque sí fácilmente comprobado.
De todo este maremágnum, se desprende el descontento de una parte de la sociedad que está desmotivada, dando como resultante una abstención a la hora de participar en las elecciones de turno. Pues está visto que el régimen democrático, aún siendo un paso muy importante en la sociedad, todavía no da la suficiente respuesta tanto a sectores marginados, como a sectores que se creen valer por sí mismos, originando un separatismo cuya salida en el peor de los casos origina violencia y terrorismo a nivel social. Originándose situaciones, que ni los partidos políticos mayoritarios son capaces de consensuar entre sí, ni los que desean un proceso de autodeterminación el dar su brazo a torcer con actitudes intransigentes, hasta llegar al terrorismo para conseguir sus fines, dando como consecuencia un circulo cerrado donde el pez acaba mordiéndose la cola, puesto que, ni Mahoma va a la montaña, ni mucho menos la montaña con su actitud intransigente va a Mahoma, sin una solución de continuidad viable, y sin despejar una incógnita sociopolítica, que ya estamos viendo en muchas partes y estados constituidos.
Y si ponemos un ejemplo al caso, como es el último atentado ocasionado por la incomprensión humana, en Madrid (España), el 30-12-2006, dando por resultado un estancamiento en el desarrollo de un consenso y diálogo que pueda poner fin a una serie de situaciones conflictivas dentro de la diversidad social. Por lo que en este caso, podemos aplicar el ejemplo que nos da la naturaleza, puesto que, si aplicamos al proceso sociopolítico, el mismo proceso originado según el orden natural de las cosas en una semilla, que en definitiva es la que a todos nos da de comer, para despejar el estancamiento y la incógnita a una situación social que se va de las manos, podemos observar con carácter de Ley, que llegado el punto de la flor, la semilla original se ve abocada a dar su fruto,. Eso quiere decir que ha llegado un momento, en el que hay que plantear una nueva forma de hacer política. Pues, si la condición política humana no ha sido capaz o no ha llegado todavía a una suficiente visión comprensiva, quizás sea por falta de madurez democrático-humanista, de lo que es y representa una comprensión de unión bipolar en sociopolítica, es el momento de un reconocimiento de la verdad de los hechos como movimiento de vida.
Está visto que los partidos como tendencias políticas ya han dado su fruto, puesto que los partidos políticos como tales han de desaparecer. Por eso mismo el ciudadano no tiene que votar tendencias políticas que se sucedan de forma intermitente, prometiendo unos lo que después deshacen otros, sino que los diferentes sectores establecidos en un ámbito nacional, llámesele cantones, autonomías u otras definiciones (habiendo sido generadas estas bien sea por la cultura ancestral, la lengua o su forma de vida), una serie de representantes de cada autonomía, y todos en cantidad igual, serían los que en definitiva formarían el núcleo de Gobierno Central representativo, encargado de regir, legislar y cubrir todas las cuestiones y necesidades en todo el conjunto de la unidad diversa, aunque todos por igual tuvieran una serie de prerrogativas inherentes como denominador común.
La situación de cambio y transformación, al menos en cuanto al ejemplo expuesto y su resolución dada con el ejemplo de una semilla al dar su fruto, está claro que los partidos políticos, si es que quieren darle a esta sociedad una mayor resolución y cambio, están en situación de dedicarse a sus labores como cualquier trabajador más, y no graven mas a los ciudadanos, que esto sí es un hecho consumado, puesto que el mantener a tanto político, tanta propaganda y tantas necesidades creadas para gobernar y regir una sociedad, no hacen más que grabar vorazmente unos recursos, que pueden ser la salvación y ayuda de muchos sectores humanos, tanto nacionales como del tercer mundo, para que estos puedan ser autosuficientes por sí mismos.
Luego si este cambio se consigue llevar a cabo como una experiencia democrática con carácter unitario-humanista, habrá que tomar otro rumbo la dirección de gobierno. Por lo que la experiencia nos demuestra, que no hay que votar a los líderes de turno, sino a propuestas presentadas en todo caso de un partido único, que en este caso sería el Gobierno Central representativo, originado por los representantes de cada una de las autonomías constituidas por igual, donde manden todos para no mandar ninguno, y donde no existan líderes políticos que no son necesarios. Por lo que tal partido único, estaría constituido como mínimo por tres representantes de cada autonomía, o más si así se decidiera, y todas las autonomías por igual, siendo formada cada representación como mínimo de un tercio de mujeres y en el caso de ser más de tres, los representantes de cada grupo, se añadirían por pares, a saber: 3; 4; 6; 8 etc.- Puesto que la mujer, si se mantiene en su orden natural, como reflejo de polaridad creadora, y opuesto complementario del hombre, al trabajar en forma conjunta con él, se expresa por su condición natural intuitiva aún sin saberlo ni proponérselo, generando una subyacente simbiosis en el hombre, promoviendo cambio y transformación en su proceso de expansión vital.
Y esta es la nueva faceta y el nuevo orden gubernamental, donde se den justos y equitativos acuerdos, dentro de un orden federativo si procede el caso, si es que el ciudadano y la llamada clase política ha llegado a la suficiente madurez, para funcionar según el orden natural de las cosas, que en definitiva es el Orden Constitucional y divino por excelencia. Enero 2007
iostako maraltrix |