Cuántos hay por desgracia de sordos y mudos espiritualmente. Sordos a la llamada, sordos a todo cuanto significa sacrificio. ¿Tan sordos queréis mostraros, que no veis que el reino que el Padre os tiene preparado, es un reino que os lo tenéis que ganar? ¿por qué os empeñáis en rechazarlo? ¿por qué os hacéis sordos a Su llamada? Pobres espíritus ¿qué dirán al presentarse a rendir cuentas de su viaje terrenal? ¿que se hicieron sordos? No, hermano, escucha con amor esas voces, esas llamadas celestiales; emplea algún tiempo en meditar esas llamadas y esas voces que para todo tendrás tiempo, pues hace más el que quiere que el que puede; todo es cuestión de buena voluntad y también es cuestión de saber comprender a tiempo para qué hemos sido mandados a la Tierra, pues si cada día meditarais esto, y lo comprendierais, entonces no os haríais el sordo. Medítalo: Otros son mudos. Tanto tiempo como gastáis y perdéis en hablar de cosas terrenales y en cambio, cuando se trata de hablar espiritualmente cuan poco interés ponéis en ello.
Cuando encuentres libros, o hermanos que te puedan ilustrar y enseñar espiritualmente, no creas que pierdes el tiempo, al contrario, escúchalos con amor. No creas que lo que hablan los hermanos espirituales bien preparados, es cosa o son cosas que las dicen porque sí, no; aunque veas una materia vulgar y muchas veces sin ninguna cultura terrenal, es insignificante lo que hablan, pues espiritualmente lo que importa es el espíritu. ¿Y tú puedes saber qué espíritu de progreso se oculta tras aquella materia inculta? ¿tú sabes la misión y sabiduría que puede habérsele dado a aquel espíritu, aprisionado en una materia terrenal? Cierto, que si da un espíritu instructor con una materia que siente interés por las artes, por las ciencias, o por cualquier otra u otras manifestaciones del progreso humano, puede salir de esta unión del espíritu instructor, con la materia, un adelantamiento extraordinario, tanto para el espíritu encarnado que absorbe, que bebe su saber, como el Planeta.
Si tienes la suerte de conocer algún ser de estas condiciones, Sabiduría de espíritu y materia, no te alejes de su lado, no lo pierdas de vista pues son contados los que habitan el planeta Tierra. Grandes progresos y beneficios te reportará su trato, tanto espiritualmente, como terrenalmente; y si tu materia se cansa, piensa i medita que tu espíritu está alerta, y gozoso absorbe la alta Sabiduría del Padre. Tú, materia, que te solazas y gozas con las cosas materiales, deja a tu espíritu también gozar y solazarse con las enseñanzas espirituales. No seas mudo hermano, ni sordo ante estas enseñanzas. Así lo desea, la blanca paloma de la Paz.
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