Cuando vayas por el campo, procura de coger flores, pero que tengan perfume y las puedas repartir. Para todos han de ser lo que tú puedas coger. Todo es creación del Padre y vosotros también lo sois.
Si supieras con que cuidado guarda el Padre las flores que te has sabido ganar, como te afanarías en saber cultivar más y que fuesen de todos los colores variados, que en ellos verás cómo vas andando. El rojo, es la fortaleza que has de tener para practicar las cosas de Dios. Cuado te ganes una flor blanca, por ejemplo una azucena, es que vas andando en alas del progreso y vas adquiriendo pureza, pero hay una muy pequeñita que te indica la humildad que has de tener, para poder ganarte esa flor blanca.
Ya ves que interesante es el lenguaje de las flores y cuánto te han de ayudar a seguir adelante, si tú las tienes presentes, por eso a Teresa la ayudaban tanto a saber las cosas de Dios entre las paredes del claustro, en las que cumplía su peregrinación por este destierro. Ella dio ejemplo, como otras, que como ella supieron ganarse una morada al Lado del Padre. Cuando las recuerdes procura imitarlas. Son las obras las que cuentan de amor a tus semejantes, las que te ayuden a cultivar esas flores, para que cuando dejes la Tierra definitivamente, puedas llevarte y presentar al Padre. Si empleas la fortaleza tú tendrás la flor que equivale a ello; si sabes tener celo seguirás adelante, si sabes tener amor te llevarás la flor blanca como el armiño.
Si cogieras violetas qué fragancia encontrarías para saber practicar el amor que ellas te enseñan; cógelas, medítalas y empieza a repartirlas para que todos recojan el olor que ellas despiden. ¿Has pensado en la humildad que te enseñan estas flores?, ¿por qué no la practicáis y os cubrís con ese manto que representa esta diminuta flor de amor y humildad? Cuánto tienes que sacar de esa flor, tan pequeñita y cuánto da que pensar, porque es el símbolo de amor. Si eres humilde como la violeta, que apenas si se la ve y en cambio por su aroma se la percibe, tú serás grande ante las miras de Dios, que ya tienes bastante, porque los primeros serán los últimos, que equivale a decir, que los pequeños y humildes terrenales serán los primeros, y los grandes de orgullo serán los últimos. Si eres de los últimos procura enmendarte que el Padre te da cabida como al primero. Imitarla hermanos míos, vuestro perfume ha de ser conocido por vuestras obras, ser discretos como ella que apenas si se la ve y en cambio se la presiente y así podréis dar esto que ella os aconseja.
El Padre nos crea con ese gran Amor para todos nuestros hermanos, y vosotros lo habéis de repartir con ellos, no os lo guardéis. Miraros en esas flores que de esa creación son, pero que cumplen dando la esencia a su tiempo. ¿Y cuál es el que tenéis que dar vosotros?, hacer brotar el amor, paz y caridad; ese es el aroma de las tres flores que tendréis que saber cultivar.
¿Qué te dice esta enseñanza?, medita como cumple la naturaleza; ¿y tú que haces?, cumple hermano, que es el único medio de poder llevar a cabo lo que tú mismo has pedido y tú también darás el fruto como la naturaleza. Yo solo deseo de ti, tu mejoramiento, tu progreso, y ayudarte en cuanto puedo.
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