Las existencias obedecen al orden de la creación, y para que la vida e inteligencia del ser humano pueda desarrollar su verdadera personalidad.
Una existencia es un lapso de tiempo mientras dura un cuerpo físico, dentro del orden de espacio-tiempo-cambio. Por lo que las existencias son porciones de tiempo, dentro de la eternidad del tiempo como atemporal.
Las existencias en el ser humano forman parte de todo el proceso de la naturaleza, por Ley incesante del movimiento contínuo, con sus principios de Ley y sus ciclos inmutables, con sus alteraciones y lapsos de reposo. Como un constante ir y venir con rítmica oscilación:
Pues de la misma manera que tenemos el día y la noche, el flujo y reflujo, y la sucesión de las estaciones de primavera, verano, otoño e invierno, y que nos dan al mismo tiempo un reflejo de la actividad, donde existe un florecimiento en expansión, un repliegue meditativo y una interiorización, para su posterior desenlace o proceso, a sí mismo las existencias se suceden en el ser humano para que este pueda efectuar su desarrollo, con su reconocimiento, regeneración y potenciación. O sea, para que pueda este efectuar sus procesos de iluminación, dentro de la eternidad del tiempo hacia lo infinito.
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