(10) Ley de encarnación y reencarnación, cotejada con la Biblia

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  La investigación e interpretación de la Ley de encarnación y reencarnación, en este caso a través de las Escrituras Bíblicas, es una de las principales reivindicaciones existenciales en la humanidad, apoyada por los maestros de Sabiduría y culminada en el mensaje de Cristo, estando asociada a la Ley de gravedad, puesto que para poder encarnar los espíritus-seres-humanos en el “planeta Tierra”, deben ostentar un cierto grado de materia sutil (esencia de materia), para que la propia Ley de gravedad existente los tenga adheridos a “ella”. Pues con un grado de materia menor, la Ley de gravedad no podría tener retenido al espíritu humano en la Tierra.
Aunque Cristo instruyera a sus discípulos sobre la Ley de reencarnación, posteriormente fue cambiada la palabra reencarnación por la de resurrección que venía de los egipcios. Velando de esta manera, un conocimiento esclarecedor en el desarrollo evolutivo del ser, tanto a nivel moral como psicológico, por las causas y efectos, que sin saberlo sufre la humanidad.
  Si bien la palabra reencarnación no sale en las actuales Escrituras, al menos textualmente, si en el contenido oculto en el Espíritu de la letra; habida cuenta, que las Escrituras se pueden interpretar a tres niveles: El primer nivel el meramente textual. El segundo nivel el simbólico; y el nivel oculto o esotérico: Pues si bien existen muchos párrafos que con la interpretación textual pueden ser bien comprendidos, existen muchos otros que teniendo una interpretación dual o sea en dos sentidos, cada cual los ha tomado según su sentido interesado doctrinal o religiosamente.
  El espíritu humano no se reencarna en animales u otros estados naturales. Solamente en cuerpos humanos, y en unas circunstancias más o menos favorables, de acuerdo a sus méritos o deméritos anteriores.
  Al componerse los cánones a finales del Siglo IV, se hizo todo lo posible por erradicar la Ley de reencarnación, eliminando de los Evangelios los versículos que hacían referencia a la reencarnación.
   La REENCARNACIÓN formaba parte de las creencias judaicas bajo el nombre de “resurrección”. Solo los saduceos, los cuales pensaban que todo concluía con la muerte, no creían en la resurrección-reencarnación.
   Si la REENCARNACIÓN fuera una doctrina errónea, Jesús la hubiera refutado categóricamente (como combatió tantas otras creencias y errores); “diciendo que nadie que muera puede volver a la vida, sino en el Juicio Final. Pero no, el Maestro no la rechazó.
   La RESURRECCIÓN, como la entienden algunos, en general, supone la vuelta del espíritu-ser-humano, a la vida del cuerpo ya muerto, cosa que la ciencia nos demuestra que es materialmente imposible. Y aún más, cuando los elementos químicos de ese cuerpo, sus moléculas, después de muchos años, incluso siglos, están dispersos, o absortos en otras formas de existencia: Digeridos, quemados, disueltos, o desaparecidos. Esta es una Ley natural, y DIOS no va contra sus propias Leyes.
  La reencarnación en cambio es la vuelta del alma, o del espíritu a la vida corporal, pero en otro cuerpo nuevamente formado, que nada tiene de común con el antiguo.
  La REENCARNACIÓN es la doctrina que enseña que el espíritu humano (bajo ciertas circunstancias), puede volver otra vez a la tierra, tomando otro cuerpo humano, naciendo de nuevo, para proseguir su camino evolutivo, de perfección espiritual.

Apocalipsis 2:11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda. 20:5 Mas los otros muertos no tornaron a vivir, hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 20:14 Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 21:8 Mas a los temerosos e incrédulos, a los abominables y homicidas, a los fornicarios y hechiceros, y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Hechos 24:15 Teniendo esperanza en DIOS que ha de haber resurrección de los muertos (no se refiere a resurrección de los  cuerpos físicos muertos o sin vida; sino a muertos espiritualmente del conocimiento de la palabra de DIOS encarnados en cuerpo físico), así de justos como de injustos (por supuesto porque la Ley de encarnación es para todos los espíritus sin acepción), la cual también ellos esperan (por la esperanza de renovación por misericordia a través de nueva encarnación). 16 Y por esto procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de DIOS y acerca de los hombres.

Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oyere mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación (no vendrá a nueva encarnación), mas pasó de muerte a vida (por la renovación de su entendimiento)
25 De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos (los muertos espiritualmente en cuanto a conocimientos cumplidos de la palabra de DIOS y SU Ley), oirán la voz del Hijo de DIOS; y los que oyeren vivirán.
26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo (y a todos sus hijos que tuviesen vida en sí mismos, a Su semejanza, por el don de Su Espíritu Santo derramado en sus corazones).
28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros. (Los muertos de la palabra de DIOS que están encarnados en un cuerpo físico como sepulcro; como cuando Jesús habló de sepulcros blanqueados, también se refería a los cuerpos), oirán su voz (porque vendrá ora en que oirán su voz después de su regeneración). 29 Y los que hicieron bien, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron mal a resurrección de condenación. O  sea a condenación de nueva encarnación como muerte segunda.

Salmo 146:3 No confiéis en los príncipes ni en el hijo del hombre, porque no hay en el salud. 4 Saldrá su espíritu (del cuerpo), tornárase en su tierra (aquí se refiere a los espíritus en los que no hay salud por venir a resurrección de condenación en la muerte segunda, que es a nueva reencarnación: en aquel día perecerán sus pensamientos. ¿O acaso cuando encanan los espíritus, no vienen a cero de sus pensamientos anteriores, aunque mantengan algunas tendencias o formas de ser? puesto que, cuando uno viene a nacer no trae recuerdos programados de su preexistencia.

1ª Corintios 15:19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres.

Mateo 17:10 Los discípulos le preguntaron a Jesús, diciendo: ¿Por qué dicen pues los escribas que es menester que Elías venga primero? 11 Y respondiendo Jesús les dijo: A la verdad Elías vendrá primero, y restituirá todas las cosas. 12 Mas os digo, que ya vino Elías, y no le conocieron; antes hicieron en él todo lo que quisieron: así también el Hijo del hombre padecerá de ellos. 13 Los discípulos entonces entendieron, que les habló de Juan el Bautista.
  O sea que Juan el Bautista fue la reencarnación del que en la existencia anterior fue Elías. Y si bien cuando preguntaron a Juan el Bautista si era Elías dijo entonces que no, porque él sabía que no era él el que debía restituir las cosas, sino Jesús, del cual dijo que no era digno de desatar la correa del zapato. Esto fue confirmado también por el profeta. Malaquías 4.5 He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible. 6 El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra.
  Todo esto parece indicar, que en los tiempos donde se produjeron tales hechos, se aceptaba la Ley de reencarnación como hecho rectificador. Pues se relata que Elías ordenó a sus discípulos: “Echad mano de los profetas de Baal, y que no se escape ni siquiera uno solo de ellos”. A los que habiéndoles echado la mano, los llevó Elías al arroyo de Cisón, y matólos todos allí. De esta forma Elías resultó culpable ante la Ley del Carma o Ley de causa y efecto (indicada en aquellos tiempos como Ley del talión), por haber ordenado dar una muerte tan bárbara a los sacerdotes de Baal; y de este modo se hizo candidato a sufrir igual suerte en el futuro. La Biblia es la que atestigua el rescate de esa deuda Cármica de Elías, pues cuando renació, o sea reencarnó posteriormente bajo la personalidad de Juan el Bautista, también fue degollado, en el reinado de Herodes, a pedido de Salomé. Cumpliéndose así la Ley de causa y efecto, en su implacable Justicia redentora, puesto que “quien a hierro hierre, con hierro será herido, y Elías debió pagar su culpa a pesar de haber sido Juan el Bautista el precursor del Mesías.

Mateo 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan.
  Luego, según se dice en Malaquías que nos enviaría a Elías, un retorno de este género, evidentemente, no puede ser entendido sino como una verdadera reencarnación. Los siglos pasaron, y he aquí que Lucas nos dice que esta profecía se está cumpliendo. El ángel anuncia a Zacarías la reencarnación con estas palabras:
Lucas 1:13 Mas el Ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te parirá un hijo, y llamarás su nombre Juan. 16 Y a muchos de los hijos de Israel convertirá al señor Dios de ellos. 17 Porque él irá delante de él con el espíritu y virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo apercibido.
  Juan, entonces nacerá y tendrá el espíritu de Elías, indicando vendrá delante del Mesías, como reencarnación de Elías. Como las muchedumbres no comprendieron quién era, Jesús les reprocha: Mateo 7:15
¿Qué habéis ido a ver al desierto, una caña agitada por el viento?, ¿qué habéis ido a ver, a un hombre vestido muellemente?, ¿a qué habéis ido, a ver un profeta? Yo os digo que más que un profeta, este es de quien está escrito: «He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, que aparejará tu camino delante de tí». En verdad os digo que entre los nacidos de mujer, no ha aparecido uno más grande que Juan el Bautista… Y si queréis oirlo, él es el Elías que ha de venir. El que tenga oídos que oiga.

Lucas 9:18,19 Aconteció que orando Jesús a solas, estaban con él los discípulos, a los cuales preguntó: ¿Quién dicen que soy yo? Respondiendo ellos: unos, Juan el Bautista; otros, Elías; otros que algún profeta de los antiguos ha resucitado. En tiempos de Cristo se creía en la Ley de reencarnación. El cuerpo de Elías o del antiguo profeta, estaba destruido desde hacía siglos, la única parte viva era su espíritu, y solo este podía encarnar en la Tierra con un cuerpo nuevo.

Jeremías 1: 4,5 Fué pues la palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te santifiqué, te dí por profeta a las gentes.
   Aquí
tenemos otro mensaje en alusión a la reencarnación: El conocer a un alma como espíritu-ser antes de ser concebido, o sea, antes de encarnar, significa que este ya había existido físicamente en otras vidas o existencias, y el Maestro ya lo conocía como persona física, en su anterior existencia. Puesto que espiritualmente el Maestro (Jesús), y el «Padre», ya conocen a todos los espíritus creados por «DIOS», no solamente el de Jeremías.

Juan 5:46 Porque si vosotros creyeseis a Moisés, creeríais a mí; porque de mí escribió él. En este momento estaba hablando Jesús encarnado en la Tierra, y dice que Moisés cuando estaba en la Tierra recibía espiritualmente, o sea escribía lo que Jesús en la preexistencia, desde el cielo le dictaba. Y eso lo dice Jesús en la Tierra, al haber desencarnado anteriormente Moisés. Poniendo esto de relieve claramente la Ley de reencarnación. 47 Y si a sus escritos no creéis. ¿cómo creeréis a mis palabras? 3:13 Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él.

Juan 3:1 Había un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los Judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y díjole: Rabí, sabemos que has venido de Dios por maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces sino fuese Dios con él. 3 Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. 4 Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra vez.
  Aquí existe una dualidad en cuanto a su interpretación. Pues la primera es, nacer o despertar a la fe en Cristo según algunas iglesias. Y la segunda es que Jesús está indicando que es necesario reencarnar otra vez para ver el reino de Dios. Porque el nacimiento se verifica a través del espíritu humano, que animando el óvulo es el que desarrolla el feto para poder reencarnar. Pues nacemos de agua, porque la mujer en estado de gestación, cuando rompe las aguar es cuando nace la criatura. Y aquí por extensión cabría el decir que nacemos de sangre y agua: de sangre puesto que la madre es la que tiene el cordón umbilical que alimenta de sangre y cuando se corta después de romper aguas, se ve claramente el nacer, en este caso, de sangre y agua; y del espíritu que es el que viene a reencarnar.
   Por otra parte podemos ver también, que para comprender el sentido de este texto, es necesario situarse en el significado que se le daba a la palabra agua, como elemento generador de vida. Pues antiguamente se creía que el planeta Tierra se había formado o salido de las aguas. Tanto es así que en el Génesis Bíblico se dice: “El Espíritu de DIOS era llevado sobre las aguas…,que las aguas produzcan reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la Tierra…”.
   Según esto, existía la creencia que el agua era el principio de la naturaleza material, y el espíritu el de la naturaleza inteligente. El dicho de: “Si el hombre no renace del agua y del espíritu, o en agua y en espíritu”, es significante de: “Si el hombre no vuelve a nacer con su cuerpo y su alma (espíritu)”.
  Si observamos el dicho “nacer del agua”, está indicando al agua como dadora de vida. Si lo comparamos en la procreación humana, tenemos el óvulo femenino, semejante a una gotita de agua, cubierta por su piel transparente y porosa. Y el espermatozoide o gameto masculino, también semejante a otra gotita de agua que se adhiere al útero, para iniciar posteriormente el proceso de la placenta. Y por mediación de su alimentación de “agua” como líquido amniótico, comenzando la formación del cuerpo de dichas dos gotas de agua. Por lo cual, nacer de agua y del espíritu es recibir un cuerpo nuevo para efectuar la reencarnación del espíritu. Por tanto, en Ley y Justicia, las religiones cristianas no pueden negar la reencarnación, puesto que no hay ningún texto en la Biblia que niegue la reencarnación.

Marcos 6:14 Y oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan, el que bautizaba, ha resucitado de los muertos, y por tanto, virtudes obran en él. Hechos 13:34 Y que le levantó de los muertos para nunca más volver a corrupción, así lo dijo: Os daré las misericordias fieles de David. Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto. Las misericordias de Dios se refiere a las reencarnaciones.

Juan 9:1 Y pasando Jesús, vió a un hombre ciego desde su nacimiento. 2 Y preguntándole sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién pecó, este o sus padres, para que naciese ciego? 3 Respondió Jesús: Ni este pecó (en su actual existencia), ni sus padres; mas para que las obras de Dios se manifiesten en él.
   Con esta respuesta el Mesías dejó bien claro, que ni el ciego como humano (en su actual existencia), ni sus padres, habían cometido pecado. ¿Entonces cuál es la causa de ser ciego? El maestro dijo: «para que se manifestasen en él las obras de Dios» ¿Cuáles obras? Las Obras de Dios se manifiestan en toda su creación por medio de Leyes sabias y justas. Y si ese hombre nació ciego, tiene que haber una causa previa a su nacimiento ¿cuál? Sencillamente su pasado en otra encarnación, con el resultado posterior, de una vida de dolor por Ley de Consecuencia.
   En otra ocasión le preguntaron los apóstoles: Maestro, ¿no es necesario que antes que se cumplan las profecías ocurran muchas cosas? Y él empieza a describir las señales del fin del mundo y dice: «no pasará esta generación sin que todo lo que he hablado se cumpla hasta la letra más pequeña». Habló Jesús hace veinte siglos, pero todo lo que dijo todavía no se ha cumplido; entonces cabe preguntar: ¿mintió? ¿se equivocó? O ¿no se refería a los cuerpos? Ya han pasado muchas generaciones. ¿A qué personalidad se referia, a los cuerpos o las almas? ¿No se refería Jesús al hecho de que aquellas almas ,o espíritus, que estaban allí no saldrían de la Tierra antes de que se cumpliera todo lo que EL había hablado, y que estas almas se reencarnarían posteriormente por medio de los tiempos?.
Mateo 24:44 Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir a la hora que no pensáis.

Juan 8:58 Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Aquí deja claro de que Jesús había encarnado antes que Abraham, luego su última existencia es una reencarnación.
17:5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese. 21 Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa; para que el mundo crea que tú me enviaste. 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, ellos estén también conmigo; para que vean mi gloria que me has dado; por cuanto me has amado desde antes de la constitución del mundo.
16:28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

1ª Corintios 15:12 Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó; 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe (en lo que es la Ley de reencarnación de las almas). 15 Si aun somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de DIOS que ÉL haya levantado a Cristo; al cual no levantó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. 17 Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados. 18 Entonces también los que durmieron en Cristo son perdidos. 19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, los más miserables somos de todos los hombres. 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.
21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adam todos mueren, así también en Cristo, todos serán vivificados. haciendo ver Ley de encarnación, y de reencarnación, ya que sin ellas, no es posible la purificación, la regeneración, y la perfección de uno mismo.
25 Porque es menester que El reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 27 Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetas a El, claro está, exceptuando a Aquel que sujetó a El todas las cosas. 29 De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos? 35 Mas dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muriere antes. 37 Y lo que siembras, no siembras el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, acaso de trigo, o de otro grano. 38 Mas Dios le da el cuerpo como quiso, y a cada simiente su propio cuerpo
. Comprobarlo con una semilla, ya que viene ella a ser como un cuerpo celestial Espiritual desprendido de su materia carnal, para la engendración a reencarnación de purificación.
42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levantará en incorrupción; 43 Se siembra en vergüenza, se levantará con gloria; se siembra en flaqueza, se levantará con potencia. 53 Porque es menester que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad. 54 Y Cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces se efectuará la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria. Que es, cuando ya no hay más reencarnaciones, y podemos decir: 55
¿Dónde está, oh muerte tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la Ley. La Ley de reencarnación.

Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte; mas la dádiva de DIOS es vida eterna en Cristo Jesus Señor nuestro.

Juan 10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida (por las ovejas, con sacrificio), para volverla a tomar. Por Ley de reencarnación. 18 Nadie me la quita, mas yo la pongo de mí mismo (con libre albedrío). Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.
   O sea que, si no hubiera la resurrección de muertos, no habría Ley de Reencarnación, y sin Ley de Reencarnación tampoco la procreación, y sin la procreación, la Creación, y sin la Creación la Naturaleza, y sin la Naturaleza, DIOS en lo manifestado, por lo que nos hallaríamos todos y todo en lo invisible manifestado de EL.

  Claras expresiones de lo que es la Ley de reencarnación, y de que no podemos escapar de la Ley de Causa y Efecto; mas, si se viene a este mundo con humildad, y el cuerpo sufre, por la incomprensión de los hombres su bien terrenal, el espíritu del que sufre lo que le acusan, se levantará con gran potencia y gloria a DIOS por lo que él sufre, o «ha sufrido justamente, o injustamente».

1ª Tesalonicenses 4:13 Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá DIOS con El a los que durmieron en Jesús. 15 Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron. 16 Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero; 17 Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

2ª Tesalonicenses 2:1 Empero os rogamos, hermanos, cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento a El. 2 Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca. 3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios. 5 ¿No os acordáis que cuando estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Y ahora vosotros sabéis lo que impide, para que a su tiempo se manifieste. 7 Porque ya está obrando el misterio de iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide; 8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida: 13 Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad: 14 A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Nota: Los textos bíblicos van en cursiva, y las aclaraciones de interpretación de textos, expuestas en letra normal.

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Iostako Maraltrix