Barcelona 16 de Diciembre 2015
Sufrido lector del siglo XXI: En estos momentos de grandes transformaciones, por una parte originadas por la no adaptación a los destinos de la propia naturaleza y los hechos naturales de progreso que en un momento determinado surgieron con la “Declaración de los derechos humanos” con sus consecuentes deberes, como resultante de devastadoras conflagraciones propiciadas por una corrupta y egoísta élite que en la sombra iba moviendo los hilos arrastrando a la humanidad a unas guerras sin sentido.
Pero como afortunadamente, la Cosmología está regida por Leyes inmutables y Jerarquías Espirituales, que están mucho más allá de la mera comprensión humana, dirigiendo los destinos de la humanidad en última instancia, a través de instrumentos, tanto conscientes como semiconscientes e inconscientes, por tales fuerzas equilibradoras del cambio, quedando plasmados sus resultados en acuerdos que daban a la humanidad un resquicio de unidad y solidaridad, que así fue también como punto de cumplimiento global, en la llamada “resolución de la carta de las Naciones Unidas (ONU)”; pero bien pronto al empezar, quedó prontamente abortada, por la incapacidad de mantenerse en unos principios de equilibrio de fuerzas, necesario al ser humano anclado en este mundo de destierro, para las almas cargadas por el peso de sus pasadas acciones.
En cada lapso del proceso humano, han surgido nuevas revelaciones de forma continuada, para hacer despertar a la humanidad a un principio de solidaridad, y las diferencias no fueran causa de una discriminación, y el progreso fuera factible, contemplando y asumiendo, que no se puede avanzar de forma disgregada, sino en relación con el conjunto de la humanidad. Por eso y para ello fueron establecidas estas dos poderosas herramientas antes dichas, como son “la declaración de los derechos humanos y la carta de las naciones unidas (ONU)”.
Los movimientos asociativos como religiones y escuelas espirituales, estructurados por los nombres, en base a mesías y maestros como Buda, Cristo, Mahoma y otros más, no fueron capaces de formar un “Centro de Unidad diversa común”, sino que disgregados y otras veces enfrentados entre sí, han conducido a la humanidad a establecer todavía más caos y separación, provocando no pocas incidencias sociopolíticas que generaron ancladas en partidos políticos.
Por eso, no pudiendo defender en conjunto para su aplicación, tales “herramientas” en bien de la paz mundial, podemos decir, que en este sentido, dichos movimientos espirituales asociativos, no han cumplido todavía en el día de hoy, con su más sagrado objetivo que es la paz, defendiendo tales “principios sociales como herramientas consolidadas” movidas en su momento por el Espíritu de Verdad. Pues aunque individualmente tales movimientos asociativos espirituales, realicen obras como bien social, lo hacen en miras de engrandecer su multinacionalidad religiosa, pero sin trabajar para formar en un conjunto un Gobierno Espiritual, que pudiera apoyar y equilibrar los poderes materiales dominantes. ¿Será que para este fin hace falta un liderazgo propiciado por el Espíritu de Verdad? Esperemos hechos que a no tardar sobrevendrán.
Por todo ello, el ser humano como ente existencial, en general tiene todavía que aprender a mirar hacia su interior, para darse cuenta de la relación que tiene con la vida y cómo la trata. Eso es un despertar íntimo de su vida interior, un movimiento de interno a externo, cuyo resultado sociopolítico no es el generar una discriminación y desequilibrio en el cumplimiento de las Leyes establecidas, sino el ir asumiendo que en el mundo, lo que no es bueno en justo equilibrio para todos, visto desde una visión correlativa de fuerzas, no es verdaderamente bueno.
Eso significa al mismo tiempo, que todo mensaje que pueda ser revelado o transmitido, tiene que ponerse a nivel social lo más asequible a la generalidad, sin menoscabo de su pensar o sentir, que solo él mismo debe de ser capaz de transformar o perfeccionar, asumiendo que sin la diversidad en unidad, no es posible la edificación perfecta.
Esta idea expuesta, ha sido la base para decidir el sacar a la luz este pequeño mensaje iniciático, con Trece Letras Claves:
H.J.S.P.T.M.D.E.A.C.F.I.N. Como Método De Desarrollo Psicofísico, Formando En conjunto Con Tales Cábalas Psicofísicas Cristianas. Con Su Numerología aplicada, el Nuevo Idioma Socio Cultural De Desarrollo Psicofísico, E Interdependiente, Para Fraternidad Mundisocial Humana.
Para que cada cual pueda probarse a sí mismo, y saber hasta donde alcanza su imaginación intuitiva en desarrollo, elaborando con tales 13 (trece) Letras Claves. (Ver mensaje 22 de «La Unidad de Iglesias Cristianas).
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