El tema sempiterno de Jesús, con sus muy buenas consecuencias por sus ejemplos dados, pero también muchas otras malas pero no achacables a Él sino al orgullo, egoísmo, y vanidad humana, del que quiso vivir a costa del evangelio tergiversando la verdad.
Jesús no fue fundador de religión sino piedra fundamental de religamiento del hijo con el Padre. La religión es del hombre, la Fe del Alma. Las religiones de los hombres como poderes contrapuestos deben de quedar en la Tierra.
Jesús, no dijo que formara ninguna religión, y si después de dejar el cuerpo había puntos de reunión llamados Iglesias, eran para el desarrollo de la Verdad limpia y pura sin añadidos.
Los estudios a los que se referían tales reuniones espirituales no eran más que al desarrollo de la Ley Divina y su cumplimiento; de como la Creación fue hecha; y de cuanto a DIOS, EL PADRE, pertenece como primer trabajador y primer cumplidor. Pero todo cuanto se escribió al respecto, muchas cosas desaparecieron, como revelaciones llamadas apócrifas.
La Iglesia de Cristo es punto de reunión y religamiento. Pues dijo: Allí donde haya dos o más en mi nombre allí estaré yo. La Iglesia de Cristo busca la unión: es el mundo en religamiento. No busca el poder predicando salvación y amor al prójimo, sin amar al prójimo en libertad de conciencia. Sin libertad de conciencia no hay religión como virtud moral. Religión verdadera con la que podemos adorar a Dios solamente hay una, y esta es la establecida por el mismo DIOS cuando nos crea y nos dota de una chispa de esencia de inteligencia.
En cuanto a las curaciones de Jesús, no podemos negar que algunas hizo. Si Jesús hizo algunas curaciones fueron por dos motivos: Primero, para demostrar que los dones espirituales son un hecho; y que no solo él podía tener sino que todos los que estén aparejados para ello también pueden ser poseedores de tales dones, y no solamente de curación sino de muchos otros más.
Segundo, porque en aquellos tiempos y lugares la miseria era grande, y muchos no tenían medios para pagar a un médico, pues por supuesto que no había Seguridad Social como ahora, y su condición de Mesías de Amor se lo permitía. Pero tampoco lo hizo ni de forma sistemática, ni indiscriminada, ni mucho menos interesada, pues él sabía cual era la causa cármica o de causa-efecto de cada cual y no interfería en las Leyes justas. Pues cada ser humano esta dirigido espiritualmente por otra inteligencia hermana (Ángel guía protector) que ya hizo su desarrollo, y como inmediato superior ante la Ley, esta encargada de dirigir a su protegido con Amor, pues sabe cual es la causa de su protegido al que guía, y el desprendimiento y las pruebas a las que se ha hecho acreedor, pues para comprender y desarrollar esto es preciso comprender y desarrollar la Ley de reencarnación).
Por eso Jesús no interfería ni se ponía por delante del «Ángel guía protector» de sus hermanos a los que pretendía aliviar. Y cuando realizaba algunas curaciones era con permiso del «guía Espiritual» del hermano al que tenía que curar, no por su propia cuenta, sino porque tales hermanos enfermos estaban aparejados para tal circunstancia. Cosa que muchos, por tener alguna facultad o don de curación, se han enriquecido con ello, y con la excusa que Jesús curaba, poniéndose a curar ellos de forma indiscriminada, y llenándose al mismo tiempo los bolsillos, sin comprender que los dones espirituales deben de ser puros, pues no se logran con estudios ni cátedras universitarias. Esto de los dones es una tabla muy resbaladiza que ha hecho a muchos enfangarse todavía más por el mal uso que han hecho de ellos. Pues los dones no son nada más que una herramienta para el cumplimiento de la Ley Divina, y la demostración de que existe algo más que lo fisiológico.
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