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12 La Iglesia que Cristo fundó (1ª Parte)

       APOCALIPSIS DE JUAN, El Teólogo
   Como quiera que las maneras de hablar de aquel tiempo comparadas con el presente son molestas para la mayoría de la humanidad y mucho más cuando se habla de la escritura, nos proponemos evitar algunos preámbulos que no tengan conexión con lo verdadero esencial; por tanto, dejamos los ocho primeros versículos empezando por el 9 que dice: Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que se llama Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
  Yo fui en espíritu (estado estático) en el día del Señor, y oí una gran voz, como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete Iglesias, que están en Asia: a Efeso, y a Smirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a la Odisea.
12.__ Y me volví a ver la voz que hablaba conmigo: y vuelto vi siete candeleros de oro.
13.__ Y en medio de los siete candeleros de oro, uno semejante al hijo del hombre; vestido de una ropa que me llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro.
14.__ Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve, y sus ojos como llama de fuego.
15.__ Y sus pies semejantes al latón fino, ardiendo como en un horno; su voz como ruido de muchas aguas.
16.__ Y tenía en su diestra siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y su rostro era como el Sol cuando resplandece en su fuerza.
17.__ Y cuando yo le vi, caí como muerto a sus pies, y él puso su diestra sobre mí diciéndome: No temas, yo soy el primero y el último.
18.__ Y el que vivo y he sido muerto; y he aquí que vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves del Ades y de la muerte.
19.__ Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.
20.__ El misterio que has visto de las siete estrellas en mi diestra y los siete candeleros de oro; las siete estrellas son los Ángeles de las siete Iglesias.
   Queda pues probado, que toda reunión verdaderamente cristiana está representada y dirigida por un espíritu superior: y que las personas que se dicen presidentes no pueden ser otra cosa que intérpretes entre el verdadero presidente y la concurrencia.
      Capítulo II
  Escribe al Ángel de la Iglesia de Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el cual anda entre los siete candeleros, y dice estas cosas:
2.__ Yo sé tus obras, y tu trabajo y paciencia; y que tú no puedes sufrir a los malos, y has probado a los que se dicen ser Apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos.
3.__ Y has sufrido y tienes paciencia, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido.
4.__ Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.
5.__ Recuerda por tanto de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no vendré pronto a ti, y quitaré el candelabro de su lugar si no te hubieres arrepentido.
6.__ Mas tienes esto, que aborreces a los Nicolaítos, los cuales yo también aborrezco.
7.__ El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida que está en medio del paraíso de Dios.
 En esta comunicación reprende el maestro al hombre que dirigía la reunión de Efeso, porque había dejado de cumplir como en principio; y de no arrepentirse y trabajar con fe, desharía la reunión.
8.__ Escribe al Ángel de la Iglesia de Smirna: El primero y postrero que fue muerto y vivió, dice estas cosas:
9.__ Yo sé tus obras, y tu tribulación y tu pobreza (pero tu eres rico) y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, mas son sinagoga de Satanás.
10.__ No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí que el diablo ha de enviar algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.
11.__ El que venciere no recibirá daño de la muerte segunda. (La muerte segunda compréndase por la reencarnación siguiente)
  Aquí nos encontramos con un director (materia) de sesión que se cree tener poco acierto en el cumplimiento de sus deberes, y el Maestro le anima dándole a comprender que cumple como bueno. Le previene los padecimientos materiales que le esperaban y que no debe temer; y en efecto, cuando él o ellos se proponen hacernos pasar por pruebas materiales, por creerlas convenientes al progreso espiritual, se sufren con tanta facilidad por grandes que sean que apenas son apercibidas: lo sabemos por experiencia.
12.__ Y escribe al Ángel de la Iglesia que está en Pérgamo: El que tiene la espada de dos filos dice estas cosas.
13.__ Yo veo tus obras, y donde moras, donde está la silla de Satanás; y retienes mi nombre y no has negado mi fe, aun en los días en que fue Antipas; mi testigo fiel el cual ha sido muerto entre vosotros donde Satanás mora.
14.__ Pero tengo unas pocas cosas contra ti porque tú tienes ahí los que tienen doctrina de Balaam, el cual enseñaba a Balac a poner escándalos delante de los hijos de Israel; a comer cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer fornicación.
15.__ Así tú también tienes a los que tienen la doctrina de los Nicolaitas, la cual yo aborrezco.
16.__ Arrepiéntete; porque de otra manera vendré a ti presto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17.__ Al que venciere le daré del maná escondido, y una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
   Aquí reprende el Maestro a todos los que se reúnen en Pérgamo, y en particular al que como hombre dirige las enseñanzas; puesto que permite otras doctrinas de distinto género que las suyas.
___18.__ Y escribe al Ángel de la Iglesia de Tiatira: El hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latón fino, dice estas cosas.
19.__ Yo he conocido tus obras, y caridad, y servicio y fe, y tu paciencia y tus obras postreras; que no son más que las primeras.
20.__ Mas tengo unas pocas cosas contra ti porque permites aquella mujer, Jezabel (que se dice profetisa), enseñar y engañar a mis siervos, a fornicar y a comer cosas ofrecidas a los ídolos.
21.__ Y le he dado tiempo para que se arrepienta de la fornicación y no se ha arrepentido.
22.__ He aquí, yo la echo en cama, y a los que adulteran con ella, en muy grande tribulación, si no se arrepintieren de sus obras.
23.__ Y mataré sus hijos con muerte y todas las Iglesias sabrán que yo soy el que escudriña los riñones (conciencias) y los corazones y daré a cada uno de vosotros según sus obras.
24.__ Pero yo digo a vosotros y a los demás que estáis en Tiatira: Aquellos que no tienen esta doctrina y que no han conocido las profundidades de Satanás (como dicen): Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.
25.__ Empero la que tenéis, tenedla hasta que yo venga.
26.__ Y el que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes.
27.__ Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero.
28.__ Y le daré la estrella de la mañana.
  El maestro demuestra estar agradecido de las maneras de obrar por sí mismo del hombre que se hallaba al frente de la reunión de Tiatira, mas no lo está porque no es bastante para impedir que se introduzca el engaño y la farsa en doctrinas que no solamente merecen el nombre de Santas, sino que son Divinas, y como se ve amenazado caso de no haber enmienda, con grandes penas espirituales, tanto a los que practican el engaño como a los que consienten que se practique.
  El pastor solo admite en su rebaño a los que por voluntad le llaman y le quieren seguir, y cuando alguno se ha cansado de sus pastos lo separa del rebaño, por manzana dañada, para que no infecte a las demás; este es el significado de: «La echaré en cama y los mataré de muerte. Mas vulgar: por manzanas dañadas pasarán al nuevo destierro: como al que cumpla su Ley hasta el fin se dará potestades; mas compréndase que tanto unas dádivas como otras son espirituales.
          Capítulo III
  Y escribe al Ángel que está en la Iglesia de Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios dice estas cosas:
Yo conozco tus obras; que tienes nombre, que vives y estás muerto
2.__ Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus cosas perfectas delante de Dios.
3.__ Acuérdate, pues, de lo que has recibido y has oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Y si no velares vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti.
4.__ Mas tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestiduras y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos.
5.__ El que venciere será servido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus Ángeles.
   Reprende al de Sardis por la vanidad que demuestra en su saber espiritual, siendo un holgazán sin afición al estudio espiritual, y no obstante, hay en aquella reunión personas que aunque no representan nada como materiales, cumplen la Ley, y, por lo tanto, sus espíritus cuando dejaban la materia y marchaban a su verdadero pueblo vestían de blanco, que representa la pureza, o sea la riqueza espiritual.
7.__ Y escribe al Ángel de la Iglesia que está en Filadelfia. Estas cosas, dice el Santo, el verdadero, el que tiene las llaves de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.
8.__ Yo conozco tus obras: aquí he dejado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra y no has negado mi nombre
9.__ He aquí: yo doy de la Sinagoga de Satanás los que se dicen ser Judíos y no lo son: mas mienten; he aquí, yo los constreñiré a que vengan y adoren delante de tus pies y sepan que yo te he amado:
10.__ Porque has guardado la palabra de mi paciencia, y también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar los que moran en la Tierra.
11.__ He aquí: yo vengo presto, retén lo que tienes para que ninguno tome tu corona.
12.__ Al que venciere, yo le haré columna del templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera, y escribiré su nombre en el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, que es la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios y mi nombre nuevo.
13.__ El que tiene oído oiga.
  En esta comunicación se manifiesta claramente la predilección del Maestro con los que siguen su obra, sus enseñanzas; y adonde se renueva el dicho de «Al que mucho tiene más se le dará y al que poco tiene se le quitará», y todo está arreglado a justicia por el uso que cada cual hace de los conocimientos espirituales que recibió, y que debe obrar de este modo puesto que como Regentador del mundo a que pertenece el destierro en que vivimos, está bajo su responsabilidad obrar en Justicia Espiritual con toda la pureza más exacta.
___14.__ Y escribe al Ángel de la Iglesia de los Laodicenses: He aquí, dice el Ángel, el testigo fiel, el verdadero, el principio de la creación de Dios.
(al decir el Espíritu a su intérprete los nombres con que ha de encabezar las escrituras a cada Iglesia, es porque en éstas se le daban los mismos nombres con los que era reconocido por ellos mismos.)
15.__ Yo conozco tus obras. Que ni eres frío ni caliente. ¡Ojala fueras frío o caliente!
16.__ Mas porque eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17.__ Porque tú dices: Yo soy rico y estoy enriquecido y no tengo necesidad de ninguna cosa, y no conoces que tú eres un cuitado y miserable, y pobre, y ciego y desnudo.
18.__ Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego para que seas hecho rico y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez y unges tus ojos con colirio para que veas.
19.__ Yo reprendo y castigo a los que amo: sé, pues, celoso y arrepiéntete.
20.__ He aquí que estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriese la puerta entraré en él, y cenaré con él y él conmigo.
21.__ Y al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
22.__ El que tiene oído que oiga.
   Aquí nos representa a una de tantas personas que, enorgullecidas con su saber, se estacionan espiritualmente y pretenden que ninguna otra puede adquirir más conocimientos que ella y el Maestro la pone a la vergüenza, poniendo su orgullo al descubierto y aconsejándola que trabaje y cumpla la Ley: que compre el oro fino, con lo que recogerá vestido blanco, pues por aquellos momentos se hallaba desnudo su espíritu y ciego, que es la mayor pobreza que podía tener.
Advierte también que constantemente llama, y el que oye puede comunicarse con él y recibir consejos espirituales, que es el pan del alma, y que quien le atiende y cumple podrá luego sentarse con él en el trono, que como a Rey de nuestro verdadero mundo le corresponde.
No en vano dice que reprende y castiga a los que ama, pues por experiencia sabemos que es verdad.
Hasta aquí queda comprobada cual puede ser la Iglesia formada por Jesús y sus Apóstoles, sin que nos pueda quedar el menor rastro de duda.
   Pedro, continuador de la obra de Jesús, defensor del Deísmo y cristianismo verdad.

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