Presentado con la libertad del espíritu.
La comprensión sobre la preexistencia del espíritu de Jesús, es fundamental para la nueva exégesis interpretativa bíblica, puesto que incide directamente sobre la Ley de reencarnación y la doctrina de la expiación como Causa-Efecto, de los propios hechos contaminados e inarmónicos al Amor, que es la semejanza como propósito y Mandato implícito en la Luz del Alma. Habida cuenta que, cuando se dice que el pecado entró en el mundo «por medio de un hombre» o sea Adán, esto es representativo como símbolo, como principio existencial de la caída, pero no a través de uno solo, sino de muchos en una nueva forma de ser y estar; y con la consabida resurrección de todo espíritu-ser-humano encarnado, a la vida continuada espiritual una vez dejado el cuerpo, como faceta de Ley de reencarnación, que es una de las Leyes establecidas por el Padre para todos sus hijos; y en su estado como desterrados para perfeccionamiento espiritual.
Por lo que DIOS, el Padre, no resucitó a Jesu-Cristo como hombre, y como un privilegio, sino que resucitó en Espíritu en Luz, en base a la Ley establecida por el Padre, que todo aquel que muere, vive. Por eso le dijo Jesús al Padre que le encomendaba a su Espíritu. Y cuando se presentó a los discípulos en cuerpo de carne, no fue porque éste hubiera resucitado corporalmente, sino que su Espíritu se materializó, para que pudieran sus discípulos dar fe de que la muerte no existe, sino la vida continuada en espíritu, después de la muerte corporal.
Tengamos en cuenta que en el cielo, o sea en la preexistencia, el espíritu de Jesús no era todavía Cristo, pues el denominativo de Cristo lo tomó después de cumplir su misión en la Tierra, por lo que pasó a ser Jesu-Cristo (Dios), o sea, Hijo de iluminación quedando en Jesu-Cristo, como primogénito-unigénito, como el primero que en la Tierra vio la LUZ del Padre. Por eso dice en Lucas 2: 52 Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con DIOS y los hombres.
Aunque en la Biblia no se hable explícitamente de Jesús como individualidad e Hijo de DIOS, no solamente por haber nacido en la Tierra, sino por haber sido creado por DIOS, cosa que su preexistencia, sí que implícitamente está reflejada en Juan 5: 46 Porque si vosotros creyeseis a Moisés, creeríais a mí; porque de mí escribió él. En ese momento estaba hablando Jesús en la Tierra, y dice que Moisés cuando estaba en la Tierra, recibía espiritualmente lo que él desde el Cielo le dictaba. Por lo tanto, el espíritu de Jesús preexistió como hijo, no como DIOS, o una supuesta parte de la Trinidad del Padre, confirmando al mismo tiempo la Ley de reencarnación, puesto que Jesús, posteriormente descendió del Cielo a la Tierra, para cumplir lo que dijo Moisés y no se cumplió, puesto que, «La Ley por Moisés fue dada, mas la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha».
Y si en la Biblia se denomina «El Hijo de DIOS» se refiere al hecho como Mesías prometido, no porque forme parte de una única Trinidad, puesto que nació como hombre, murió como hombre, y resucitó en espíritu como cualquier hombre: y por la misma coherencia de la Ley Natural, nació como cualquier hombre engendrado de pareja, aunque en el caso de Jesús, no se supiera socialmente, pues se dice que María engendró sin haber tenido relaciones sexuales, pues evidentemente que no las tuvo con José, que la recogió estando ella embarazada, por haber tenido José revelación del caso del nacimiento de Jesús; no obstante siendo santo el espíritu de Jesús, por su Luz alcanzada como cualquier hijo sujeto a Ley. Cosa que, cuando se dice que murió por nuestros pecados, se refiere a que Jesús, como espíritu de Luz alcanzada, ya no tenía necesidad de venir a la Tierra a encarnar, sino que lo hizo por su misión pactada como Mesías, en acción caritativa; por eso tuvo que morir físicamente, por causa de nuestras pecas de oscuridad por la esencia de materia acumulada, a través del tiempo y el espacio, por las acciones contaminadas del orgullo, egoísmo y vanidad. Por eso, por la misión de Jesús como Mesías e hijo del hombre, le obligaba a acatar las Leyes naturales establecidas en la Tierra, de nacimiento, muerte, y resurrección a la vida espiritual, como en ella rige.
Cuando se denomina a Jesús el Hijo de DIOS, se refiere al primogénito, en todo caso, por ser el primero que vio la LUZ del Padre, en este mundo. Por lo cual, la preexistencia de Jesús está justificada como primogénito y unigénito como uni-primero, pero eso no justifica que fuera DIOS, sino como un Hijo de DIOS. Pues cuando Jesús se refiere al Padre dice: «Mi Padre», nunca se presenta diciendo Yo soy DIOS, pues siempre se refiere a sí mismo como «Hijo de DIOS», no El Hijo de DIOS, aunque sí como «El Hijo del hombre», pues aquí sí cabe decir El, como será llamado Hijo de DIOS, no hijo de DIOS como los desterrados.
Y cuando se indica que el Espíritu Santo descendería sobre María, es porque Jesús como espíritu ya era un hijo de Luz, por lo que se le denomina santo, y que al nacer en la Tierra sería llamado «Hijo de DIOS». Aunque en la preexistencia, era el Hijo de DIOS que había de venir como Mesías del mundo, a semejanza Dios entre los terrenales; así era diferenciado de los hombres y espíritus desterrados, en el destierro planeta Tierra; visto y leído según la gramática del Espíritu, o sea, DIOS – Dios – dios.
Nótese que «Hijo» está escrito con mayúscula, por su estado evolutivo, porque si DIOS creara «Ángeles» sin haberlo «estos» ganado, diferenciándolos de sus hijos, no estaría dentro de SU Atributo de Justicia, puesto que los Ángeles no tendrían ningún mérito para serlo. Luego Jesús no era un ser celestial creado por DIOS directamente, saltándose todas las Leyes consecuentes en el desarrollo del espíritu-ser-humano. Por eso Jesús tuvo un Padre Espiritual, y un padre o progenitor humano, porque las Leyes naturales no se tergiversan según el Orden natural de las cosas, establecido en la semilla, en cuanto al proceso de desarrollo evolutivo; puesto que el origen del espíritu-ser-humano, siempre es espiritual ya que el cuerpo es pasajero para encarnar y desarrollarse en una existencia.
Esto es por lo que Jesús tuvo un nacimiento dentro de la Ley natural como todos los demás. O sea, descendió del Cielo en que se encontraba espiritualmente, y nació terrenalmente por Ley de encarnación y reencarnación. Pero no fue engendrado terrenalmente por DIOS sino por María, ya que la palabra engendrar y procrear, refiriéndose al humano, pertenece a este solamente, puesto que DIOS no engendra sino que crea a todos sus hijos, sin diferencias ni preferencias, a Su Imagen y Semejanza, pues cuando dice en Hebreos 1: 15 …..Hoy te he engendrado…… (todavía no nacido corporalmente), a través de María, por eso dice en el (6) cuando introduce al Primogénito en la Tierra,….. lo introduce espiritualmente en el óvulo de María su madre terrenal, cuando esta fue engendrada por varón, en su tiempo no conocido. Por eso DIOS crea hijos en estado de perfeccionamiento espiritual, no Ángeles, porque son sus hijos que se vuelven Ángeles (santos), al haber exteriorizado su Luz interior como primera semejanza.
Veamos algunos puntos de esclarecimiento:
Juan 6: 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Claro está que lo que desciende es el Espíritu de Jesús para encarnar a través de María, como Espíritu ya Santo. Por eso María engendró por el Espíritu Santo que debía encarnar para cumplir con su misión redentora.
Juan 1: 6 Fue un hombre enviado de DIOS, el cual se llamaba Juan (el Bautista). Cuando dice que DIOS envía, siempre se refiere que envía a un hijo suyo, al que se le asigna un trabajo o misión determinada, en acorde al que ha de venir para encarnar en la Tierra. Visto esto tanto con Juan el Bautista como anunciador, como Jesús como Mesías del mundo.
Juan 17: 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de Ti antes que el mundo fuese. Efesios 1: 4 DIOS, según nos escogió en él (Jesu-Cristo) antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El en Amor.
En estos pasajes continúa haciendo prevalecer el espíritu de Jesús como una individualidad, e hijo aparejado para efectuar la misión unificadora de Mesías del mundo. Pues siendo DIOS el eterno presente en todo, ve el futuro como si fuera el pasado y el presente. Romanos 4: 17 DIOS llama a las cosas que no son, como si fueran. Y cuando dice que nos escogió en El, podemos ver que tanto los espíritus desterrados que tenían que venir a encarnar para purificación, como Jesús como Mesías, se puede bien referir como a la segunda época de la Tierra con la separación de sexos, por eso dice antes de la fundación del mundo, o antes que el mundo fuese, o sea, de un nuevo orden de cosas, puesto que en la primera época de la Tierra los espíritus que venían a encarnar como desterrados, lo verificaban sirviéndoles de madre la tierra, por lo que no tenían sexo conocido. Y en el supuesto que se interprete desde la creación del mundo en su primera época, siendo también sus habitantes espíritus desterrados, pero con una forma de vida semejante a un paraiso por no existir lo tuyo y lo mio. Y no desde la segunda época de la Tierra, también cosa lógica de tal plan, puesto que como destierro que es la Tierra, necesitaba un Mesías aglutinador, como ejemplo de cumplimiento para la raza humana.
1ª Pedro 1: 20 Ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por Amor de vosotros. Aquí continúa confirmando la preexistencia del espíritu de Jesús en forma consciente de su misión a traer a la Tierra, que posteriormente al encarnar tuvo que retomar en su desarrollo corporal, como Mesías enviado, puesto que, como es sabido al tomar cuerpo existe una pérdida de conciencia del pasado por la densidad de la materia, siendo retomada la comprensión de su misión, cuando Jesús entro en la logia de los Esenios, que fueron sus iniciadores espiritualmente en sus primeros años. Prueba de ello el lapso de tiempo desde los catorce (14) años, hasta los treinta (30), que es cuando empezó su magisterio y evangelización.
Juan 8: 58 Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Este pasaje muy bien puede hacer referencia, si contemplamos la Ley de reencarnación, que el espíritu de Jesús ya había venido en otras existencias antes que Abraham, por eso dice «antes» 56 Abraham vuestro Padre se gozó por ver mi dia; y lo vio y se gozó. Aquí puede verse que Abraham tuvo revelación de la venida de Jesús, por eso fue anunciado primero espiritualmente: «Y la palabra -de la promesa- se hizo carne». Y después fue anunciado terrenalmente a través de Juan el Bautista. Por lo que en estos dos, 8: 58 y 56 asumen de forma implícita la Ley de reencarnación.
Veamos en Juan 1: 1 En el Principio era el Verbo, y el Verbo era con DIOS, y el Verbo era DIOS. 2 Este era en el principio con DIOS. Aunque algunos le atribuyan al Verbo ser Jesús, no obstante no lo diga aquí, el Verbo se refiere en principio, al poder de decisión, de acción, siendo Esencia neutra e indeterminada, dispuesta a manifestarse, a entrar en acción, o sea, efectuar el trabajo de creación. Por lo que el Verbo, era la Voluntad de DIOS, como palabra en el «Hágase», por eso dice «En el Principio», que significa en el «Principio de la Creación de DIOS» (visto como Sol Central Casa Paterna, ) pues véase en Apocalipsis 3:14 He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el «Principio de la creación de DIOS» ¿Por qué da esta expresión? porque en la primitiva Iglesia de Cristo, el conocimiento teológico era de primera mano, no estaba tocado por los sucesivos concilios, y que heredaron los Arrianos. Y si relacionamos a Jesús con el Verbo, está claro que Jesús era la clara expresión en hechos de la Voluntad de DIOS, por eso dijo: «El Padre y yo somos una sola cosa», por ser Jesús el poder de la Voluntad del Padre en la Tierra.
Colosenses 1: 12 Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la suerte de los santos en Luz. 13 Que nos ha librado (el Padre) de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo. 15 El cual, es la imagen del DIOS invisible, el primogénito de toda criatura. 18 Y él es la cabeza del cuerpo que es la Iglesia; el que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado. 19 por cuanto agradó al Padre que en él (Cristo) habitase toda plenitud. 16 Porque por EL (DIOS) fueron criadas todas las cosas……..; todo fue criado por EL y para EL. 17 Y EL es antes de todas las cosas, y por EL todas las cosas subsisten.
Hebreos 4: 3 Empero entramos en el reposo (de DIOS) los que hemos creído, de la manera que dijo: Como juré en mi ira (movimiento de iración) No entrarán en mi reposo: aun acabadas las obras desde el principio del mundo.
Marcos 13: 19 Porque aquellos días serán de aflicción, cual nunca fue desde el principio de la creación (del mundo), que crió DIOS, hasta este tiempo, ni será.
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