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62 Muchísimos colaboradores tengo

  A vosotros, hermanos que conocéis la Ley del Universo y con amor la practicáis y os preparáis, me dirijo, para deciros: Tenéis que ser celosos guardadores y cumplidores de la gran Ley Universal. Yo, al dejar el planeta Tierra, dejé contadísimos discípulos, celosos colaboradores para que en todo el mundo esparcieran la semilla que por vez primera venía a esparcir, y como fuego abrasador pronto prendió en infinidad de seres que, al principio, la mayoría, fueron prontamente segadas sus vidas por defender la gran Ley Universal. Sí, el fuego del Espíritu del Padre prendía incesantemente en aquellos espíritus que, ansiosos bebían de la fuente pura, y convertíanse en celosos guardadores y defensores de la gran Obra Universal, y así fue abriéndose camino hasta llegar a vosotros. En infinidad de ocasiones, mi Espíritu tuvo que materializarse para dar ánimo y valor a aquellos primeros colaboradores, para que no desmayaran en la gran Obra y así, recibían los consuelos a tantas fatigas y persecución de que eran objeto.

  Aquellos sembradores de mi obra, lo fueron sin desmayar hasta dar la vida por ella. Vosotros, espíritus terrenales, que pertenecéis al gran ejército Espiritual, tenéis que consideraros los continuadores de mi obra, y así como os he dicho al principio, me dirijo a vosotros para que comprendáis vuestra altísima misión: Tampoco ahora os dejo, por cuanto en todos los tiempos mis colaboradores han necesitado de mi consuelo, de mi Luz y de mis enseñanzas. Por esto, en los presentes momentos yo veo que era necesario haceros sentir mi presencia entre vosotros, y aquí en la presente obra, saturada de Amor y consuelo. Meditadla y veréis que dulce bálsamo es para vuestras heridas, y si sois espirituales de verdad, y de verdad os queréis instruir en dicha Ley, leed las presentes enseñanzas y pensad con fe, que es el Espíritu del Maestro el que las ha dictado con Amor, para vuestra comprensión y elevación hacia mundos de más progreso.

  No seas gusano, remóntate, rompe de una vez y para siempre las cadenas que te atan a tus pasiones, a tu codicia, a tu impureza, al lujo y vanidad. Si vas comprendiendo bien mi obra, dejarás de ser gusano que se arrastra, para remontarte hacia regiones de Luz. Verás y comprenderás, porque los espíritus selectos tienen prisa de marcharse de un mundo bajo, y verás también a estos espíritus selectos y sabios cuan sencillos y humildes son, pues comprenden que delante de la gran Obra de la Creación, ellos son muy insignificantes, y que si no fuera la mano de un Dios no podrían por sí solos contribuir con su ciencia, en el verdadero adelanto y progreso de los mundos que habitan. Si eres hombre de ciencia el que lees, compréndelo así y da gracias al Padre por haberte mandado a un mundo bajo para con tu ciencia hacerlo progresar.

  Hombres sabios de la Tierra, y espíritus selectos que la habitáis, yo os digo: Recapacitad y meditad la Obra que os ofrece el Maestro y comprenderéis la gran misión que se os ha confiado, y entonces contribuiréis al adelanto del mundo con amor, en vez de dedicaros muchos a su destrucción, pues vuestra misión no es destruir sino edificar, siendo como sois obreros del Taller Universal: Al principio, os llevará la curiosidad a querer investigar la Obra del Padre, mas luego, si no estáis presos en las redes de los espíritus Malignos, esta obra todo Amor, Paz y Caridad, perfumará y os alentará para comprenderla y practicarla, y entonces es cuando os convertiréis en los continuadores de la gran Obra del Padre, que es la gran Ley Universal. Pero tenéis que ser puros y limpios, para que vuestro ejemplo sea en todo momento, promesa de amor y paz; porque un espíritu manchado por el pecado no puede recibir los Dones del Espíritu de Luz, y si no los recibe, no puede esparcirlos. Haceos dignos de ellos y así seréis también dignos de ser mis colaboradores, y la blanca Paloma de la Paz radiará Su doctrina toda pureza y Amor.

  Sí, lee con meditación la presente obra, y procura comprenderla en todo su alcance, pon en ello toda tu buena voluntad y todo tu amor, y divúlgala. No te contentes con leerla tu solo, haz la caridad confiándola a otros hermanos, pues yo se que su lectura moverá a muchos espíritus hacia la comprensión de la gran Ley Universal: Es semilla, como lo son todas las cosas elevadas y sublimes, y si a ti con seguridad te ha de reportar grandes consuelos, piensa que hay muchos espíritus que despertar y que esperan ansiosos una voz alentadora para ello. Es el Amor, el gran Amor de vuestro Mesías el que la dicta y con amor recíbela, y un día, cuando te presentes al Redentor, le darás las gracias por el gran bien que te prestó al instruirte ya en un mundo bajo, sobre la gran Ley Universal y así ya te será familiar todo cuanto sucede a tu alrededor, ya que el Maestro te puso una obra a tu alcance terrenal, para que no andaras a oscuras en el planeta Tierra, ni cuando lo dejaras. Sepas comprenderme, y sepas hallar en esta obra la gran Obra de la Creación, y entonces amarás de corazón a tu Dios y verás que nunca te condena para siempre, sino como te enseño, te da infinidad de posibilidades para redimirte prontamente. El Maestro te dice: satúrate espíritu desterrado de la Luz hermosísima que toda la presente obra radia, y comprende las enseñanzas que en ella te doy, apropiadas al alcance de vuestros espíritus terrenales. Alistaos, que en mi Ejército cabéis todos si con fe lo reclamáis. Mi Luz os dejo para ello.

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