La Creación es un gran engranaje que no para y todo está complementado, y en el que va girando el ser humano. Este para realizar ese acercamiento a la Divinidad, ha de cumplir Sus Leyes que son Sus Atributos, los cuales también se complementan, en el sentido por ejemplo de que si no hubiese Amor no habría tampoco creación. Y si no hay Amor no puede haber Caridad, y al existir ésta también debe de estar presente la libertad, para poner en acción los citados Atributos.
Son los Atributos los que consuelan, los que ayudan a cicatrizar toda herida, porque en donde residen ellos existe la paz. No les es fácil a los hombres entretenidos en las cosas materiales disfrutar del Atributo de Paz, porque la fuerza del egoísmo les induce a desear cada vez más, sin conseguir la paz en su interior. ¿Y a qué es debida tal inquietud? A no examinar si lo que van realizando es justo.
Quienes saben crear Paz hay en ellos humildad. Sólo la Hermandad y Unificación por medio de la práctica de los Atributos Divinos lograrán que el ser desterrado deje de serlo. Símbolos del Amor son la paloma y también la violeta. Examinad en ambas su humildad.
Ayudad a divulgar la verdadera enseñanza por Jesús. Quien cobija en sí el conocimiento de ésta y lo difunde en su labor diaria, este hermano es un misionero de Dios, y en él están presentes las enseñanzas que del Padre proceden como Mandato hacia sus hijos. Trabajo constante es el del maestro para educar al niño y mucha responsabilidad es la que asume; esto en cuanto se refiere al niño hombre. Sin embargo, no es menos responsable el que dirige las almas que animan a estos hombres, para que no se pierdan en el mar de las pasiones.
Si a los niños se les educara desde la más temprana edad, para que pudieran defenderse en la moral, como se hace con lo material, iría más encaminada la humanidad a cumplir las Leyes de Dios. Pero no puede dar el tutor la enseñanza moral que él no posee, si no es un ejemplo de amor y ayuda para el que enseña. Si el profesor da a los discípulos una lección y él obra en contra de lo que dice, ¿qué os parece, habrá o no motivo de divagación con tal proceder? ¡Cuánto hablan las obras aun callando, y cuánto enseñan los que hacen lo que dicen, dentro de una recta moral! Desposeídos de toda pasión viene a ellos un principio de una mejor vida.
Los guías protectores no solamente guían sino que instruyen con arreglo al merecimiento y comprensión. Estos hermanos superiores, que permite el Padre os dirijan por el camino más recto, no siempre pueden conseguir lo que desean por vuestra obstinación en querer salirse del camino que cada uno tiene trazado. Así, pues, no hagáis oídos sordos a esa dulce y amorosa llamada; si a pesar de los avisos el protegido no se inmuta, es porque sus malas obras aprisionan los buenos sentimientos. Por desgracia del progreso humano hay mayoría que se dejan dominar por el orgullo y egoísmo, y con los tales entra la pobreza de espíritu.
El que es observador y no está dominado por la pasión vislumbra con más facilidad la materialización y embrutecimiento de algunos y la Luz y claridad de otros. Ellos ya no son capaces de dañar a sus hermanos, sino dispensar las flaquezas de los más ignorantes, y pueden elevar el pensamiento hacia Dios desprendidamente, por sentirse con ello confortados. Los que saben meditar sobre su propia existencia son más cautelosos cuando han de juzgar con hechos y palabras a un semejante. Oyen con más facilidad el aviso de su conciencia, pues el remordimiento que les produce es más notado por los que llevan menos carga de los mortíferos elementos que apocan al alma.
Para desarrollar ésta materialmente, los hombres, digo hombres porque entre los espíritus no existe el sexo y es el espíritu a quien me dirijo, ya que es el que piensa y da vida y movimiento al cuerpo, necesitan pensar lo que van a hacer y cómo lo harán mejor y más perfectamente, y si esto se hace con las cosas que sólo producen beneficio al cuerpo, ¿es que son menos importantes las que pertenecen al alma? Esta también necesita su propio alimento, que son los ahorros precisos para costear el visado que le ha de franquear fronteras, exactamente como lo hacéis con el cuerpo, a pesar de que es diferente el modo de adquirirlos. Las ganancias materiales no siempre son adquiridas con el trabajo de cada uno, sino que el orgullo unas veces y el egoísmo otras hacen que no sean lícitas porque usurpan lo que a otros pertenece. No ocurre así con las almas, que se adquieren sabiendo tratar y amar a nuestros semejantes como a hermanos, haciendo con ellos lo que nos gustaría hiciesen con nosotros mismos.
Es costoso para algunos, acostumbrados a llevarse la mejor parte, pero no imposible, si empleasen en ello la misma voluntad que ponen en obtener las riquezas materiales que utilizan en darse gustos y placeres que llegan hasta agotar los cuerpos. Si para eso, que sólo es temporal, se pone la voluntad, ¿por qué no tenerla para lo que será deleite y bienestar eternos, en moradas de Luz, en las cuales el cuerpo que toman los espíritus es más vaporoso, menos denso y grosero que el de la Tierra? Todo está en armonía, los cuerpos con los mundos por los que van pasando, en los cuales toda su preocupación consiste sólo en ser cada vez más perfectos, lo que únicamente se consigue con el cumplimiento a la Ley de Amor, Paz y Caridad.
Sabia bien el Maestro que podía ser realizable cuando invitó a la hermana humanidad diciendo: __ «Voy a mi Padre, y vuestro Padre»__ «El que quiera que me siga.__ Soy la Ley. Pudo decir esto porque él cumplió lo que el Padre le encomendara, que fue enseñar a los desterrados a cumplir la Ley. Para que no la olvidasen, el Padre permite que se vaya recordando, y estas almas que dan vida a vuestros cuerpos no se oscurezcan del todo y tengan que ir a morar a un lugar más doloroso, en el cual tomarán un cuerpo no tan bello y perfecto como en la Tierra, por estar solo habitado por los triple rebeldes, o sea por los que no se quisieron corregir en la Tierra, llamado por algunas religiones infierno, pero no porque su estancia allí sea eterna como se ha dicho. El Padre no aleja de sí a sus criaturas para siempre: les da la oportunidad de regenerarse por medio de las reencarnaciones y se hagan dignas de regresar a El.
Por eso, hermanos míos, el pastor no deja olvidadas a sus ovejas, sino que sigue vigilándolas para que lo que hasta ahora fue distanciamiento sea acercamiento. Para ello se sirve de fieles intérpretes en la Tierra, para que, como enlaces, puedan seguir transmitiendo una vez más sus enseñanzas. Es el Lazo de Amor que ha de unir a la humanidad, para que pueda ésta llegar a ver y comprender al Padre, que es el deseo de toda alma.
Desprovistos de materia y muy alineados han de estar cuantos deseen atravesar la atmósfera que circunda la Tierra por sus propios medios, mas para conseguir tal proeza hay que saber dispensar a quien os ofendiere. Por esto, quien se ofende al ser ofendido es porque aun no siente el verdadero Amor. El Amor desapasionado y desprendido crea una barrera entre él y la ofensa, para no ofender a los demás ni sentirse ofendido por ellos.
Al unificarse el Amor con el dolor, el dolor hace germinar el Amor y éste se unifica con el dolor. Altamente concentrados y unidos debéis estar para percibir los avisos que espiritualmente llegan a vosotros, si deseáis veros libres de algunos dolores que inevitablemente se manifiesten en la Tierra. No todos tienen la misma voluntad y resignación para sobrellevar hasta el final las contrariedades dolorosas que sin esperarlas se presentan, porque al sublevarse se crea un ambiente alrededor que impide que penetre el consuelo.
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