Sin libertad de conciencia no hay religión. El sentido esencial de Religión es religar y unir: El hijo con el Padre, el Creador con su semejanza creada. Y en tal religamiento, siendo DIOS la Suprema Virtud, para adorarLe solo lo podemos hacer desde la Libertad y la virtud. La virtud es lo ejercido con Amor y rectitud; es la observancia de Sus Leyes (Atributos Divinos). La atención a las Leyes es la garantía de la incorruptibilidad.
Las virtudes son puntos de Luz alcanzada. Pues cada movimiento ejecutado en perfección y unidad con la Vida y la misma naturaleza de las cosas, es una virtud como punto de Luz. Siendo tales puntos de Luz los que nos capacitan para adorar a DIOS, y esto es por lo tanto Religión como religamiento con el Origen.
Las religiones formadas por los hombres deben quedar en la Tierra, pues Religión verdadera con la que podemos adorar a DIOS no hay más que una, y esta si la cumplimos, la establecida por el mismo DIOS al crearnos, cuando al dotar a la forma-espíritu con su esencia Divina o chispa de esencia de inteligencia (alma, vida e inteligencia), nos manda a recorrer la pluralidad de mundos con libre albedrío, y el Mandato o Encomienda implícito en la Luz del Alma, de Amor, Paz y Caridad espiritual con todos sus semejantes, y no pudiendo volver a EL (como punto Céntrico de LUZ) hasta que así hayamos cumplido.
La fórmula universal para cumplir el Mandato o Encomienda Divina, establecida implícitamente como creación en nuestra Alma, como chispa de esencia de inteligencia, Cristo nos lo dijo: «Amad al prójimo como queréis ser amados, tratarlo como queréis ser tratados; que en ello amáis a DIOS»; esta es la verdadera Religión.
DIOS como inmutable para sus hijos, desde que los crea hasta que cumplen su Mandato, no castiga ni perdona; ellos tienen libre albedrío para cumplir su propia voluntad: pero no pueden llegar a El en SU Centro de LUZ Casa Paterna, hasta después de haber cumplido.
¿Qué delito comete el que priva a otro de cumplir el Mandato Divino? El de robo de libre albedrío: por lo que carga con los perjuicios que el otro pueda tener.
Los que se dicen «directores de almas» y no las dirigen por la Encomienda Divina y son obedecidos por los dirigidos, «se hacen responsables» del atraso de estos últimos. Y si los dirigidos por obedecer a sus superiores comenten actos que ejecutan contra sus semejantes, no cargan con la responsabilidad. Pero si son responsables de los que por propia voluntad comenten:
El que sigue las sectas que se llaman religiones y no cumple la Encomienda Divina, tendrá que volver a tomar otra Encarnación en condición mas penosa, hasta padecer en beneficio de sus semejantes, tanto como los hizo padecer a ellos por propia voluntad.
En base a lo expuesto, es imposible hacer uso de la única Religión sin la más amplia Libertad de conciencia. Y todo aquel que se oponga a la mencionada Libertad, responderá ante los tribunales espirituales de la nueva Jerusalén del robo que haga, como responden ante los de la Tierra los criminales por robo material.
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